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Yo llegué como a eso de las 10 de la mañana, buscando ayuda para bajar música de internet a mi grabadora periodista, pues la tecnología es bastante hostil conmigo.  De tal manera que cuando tengo inconvenientes con mi computador o con el internet acudo a este sitio donde cuento siempre con una excelente asesoría profesional, además de un trato personal cálido y amable que incluye, obviamente, un ligero galanteo del caballero a la dama, propio de nuestra idiosincrasia. 

Él estaba en la puerta del negocio despidiendo a unos amigos cuando yo llegué, saludé, los muchachos contestaron y se retiraron, entonces nosotros, el asesor y yo, entramos al negocio con la intención de bajar el audio del internet a la grabadora. Él se sienta en su silla frente al computador y yo tomé asiento a su lado izquierdo.  Buscó en you tube el audio que yo deseaba grabar, pero estaba muy pesado dijo él, ya que dura más de ocho horas.  Supongo que eso quiere decir pesado, no sé.

Al comprender que la excesiva duración del audio representaba una dificultad, inmediatamente y sin malicia o cálculo alguno, le pedí el favor de que me grabara cualquier canción, que no me importaba cuál porque yo lo que necesitaba era aprender y así yo misma después grababa el otro audio desde mi computador.  Así fue, así se hizo.

Para buscar la canción que me iba a grabar, escribió la s y se giró a su derecha a buscar un cable usb para conectar la grabadora al pc.  La verdad sea dicha, me agradó ver la s; prontamente, presumí cuál era la canción.  Me sorprendió la rapidez mental de este hombre porque, sinceramente, cuando le dije que me grabara cualquier canción, lo hice sin un mínimo de socarronería; no obstante, él sí que lo pensó rápidamente.  Sin embargo, me repuse de esta emoción en forma instantánea.   

Una vez conectada la grabadora al pc, este caballero se volteó hacia mí, se recostó en el brazo izquierdo de su silla, giró la cabeza a un lado y de manera  muy galante me dijo: “mire, le voy a dedicar esta canción, quiero que la escuche y recuerde que se la dedico todita porque usted es una señora muy bonita…”.  Yo, que apenas me estaba recuperando de la sorpresa, tan solo atiné a asentir con un tímido movimiento de cabeza…

 

Fina sutileza o sutil coquetería?.  No lo sé, lo que sí sé es que para mí fue un detalle muy oportuno ya que estaba pasando por una fuerte crisis emocional.  Sin embargo, solo quedara para mi recuerdo como un caballero que dice cosas muy bonitas, cosas como por ejemplo:  ”señora bonita”…

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