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Hace pocos días estaba revisando mis cartas y encontré una de mi amigo Tonga, no sé dónde estará él ahora, es una carta de hace como cinco años, y no está con otras cartas de la época, está con otras más viejas, que ya se están poniendo amarillas y se las están comiendo las polillas, recuerdo que la puse ahí aunque fuese 5 años más nueva, por lo que significaba para mi, era enviada desde Holanda, desde Sittard decía el sello de la oficina postal, eso me alegró desde que la recibí, aun mas cuando ví quien la enviaba y que se acordó de la ciudad donde tantas cosas viví, recuerdo que fui a mi oficina (así llamaba al cuarto polvoriento que solía ser la biblioteca -cuándo aun vivía con mis padres- y que cuando comencé a escribir fue mi primer sitio de inspiración)


Me recosté en la mesa con colchoneta que hacia las veces de cama, encendí un cigarrillo y comencé a leer, me golpearon los recuerdos, me contó que estaba de gira con una orquesta alemana, que estaba de vacaciones y decidió ir a Holanda a ver si mataba algunos tigres que yo hubiera dejado (en Venezolano Actual eso significa averiguar si conocía gente que yo hubiese conocido), recorrió muchos sitios, no visitó a mi familia, porque no tenia la dirección; no he contado que un sábado como otros llamo a Tonga y la mamá me dice: "él se fue y no sabemos para donde"; en sí lo mas impresionante de la larga carta no fueron los grandes viajes, sino un corto recorrido de 27 minutos, que según él, marcó su vida y que demuestra que nada puede con los sentimientos, aquí Reproduzco el pedazo que más me impresionó:

Negro, lo más impresionante de mi corta estadía en Holanda, fue sin duda el trayecto de Heerlen a Sittard , allí fue donde llegué proveniente de Achen, quería ir a Ámsterdam y me comencé a fijar en los destinos en el mapa ferroviario, tras un momento leí: Heerlen, Sittard , Roermond , Weert , etc. Así hasta Ámsterdam Central Station , de repente se me ocurre, ¡EPA! El Negro estuvo en el sur de Holanda , busqué en lo más profundo y oxidado de mi mente, Doenrade klaisstraat o algo así , me dirigí a la taquilla preguntando en alemán como llegaba a Doenrade, el tipo se rió y me dijo en muy mal alemán que podía tomar el bus nro. 33 y esperar horas a que llegara o ir en tren hasta Sittard y tomar el nro. 37 y bajar en la segunda parada, eso me pareció mejor, pero un detalle aun, hoe veel kms tot sittard Mr?, 26 señor, snell, snell, bueno, me dije, 26 kilómetros de sueño no me caen mal, compré el ticket y esperé hasta las 5:37 PM (que en invierno ya es bien entrada la noche), me senté en 2da clase fumadores para ver gente de verdad y no snob clase media holandeses, (Negro ¿Por qué será que aquí en Europa no puedo dejar de fumar?), pensé en lo bien que me vendría un chocolate caliente como los que hacia Helen, y coloqué los pies en el asiento de enfrente, mientras me quitaba los guantes. El tren se sacudió un poquito, y salió con paso vacilante de borracho recién despierto, cerré los ojos por un momento, eché la cabeza hacia atrás tronando los huesos del cuello, mientras inconscientemente palpaba en los bolsillos de mi chaqueta buscando la caja de Galouises azul, distraídamente sacando uno y llevándolo a la boca para encenderlo y dejar que el humo salga lento pero firme (sin ser aspirado), abrí los ojos y ahí estaba, parada en el pasillo con sus ojos grises que desafiaban, pidiéndome creo que en holandés un cigarrillo, le dije en ingles que no hablaba holandés, can i have a cigarette please? Susurró entonces, en ese momento no podía ver lo que pasaba alrededor, porque negro pana, estaba literalmente atrapado por sus ojos, me volvió a preguntar, y yo vacilando lo encendí y se lo entregué, no dio las gracias y se sentó frente a mí, con su mirada inquisitiva ya supo quien yo era y a que temía, me preguntó a donde iba, yo le dije que a ver a unos amigos y me dijo que eso era mentira, ella de nuevo preguntó, si quería saber adonde iba ella, no esperó mi respuesta, y me dijo que iba a Ámsterdam, trabajaba allá en la zona roja y venia de visitar a su hermana, dijo por primera vez huyendo de mi mirada, en ese momento recordé lo que me Dijiste aquella vez que estabamos borrachos, de Mila 18, la historia del violinista nazi y la prostituta judía, y pensé: ¿Es la vida sólo un juego irónico que nos recuerda a nuestros amigos?, Y al recordar esto, se me vino una idea a la mente, ¿porque no seguir el juego?, y hacer la historia verdadera, o por lo menos algo parecida, la miré y le dije que estaba en ese tren para hacerle el amor como nunca se lo habían hecho y que se robaría la luz de mil estrellas y no le alcanzaría para iluminar sus oscuros pesares, que no la haría feliz pero le arrancaría suspiros, que seria una sombra siempre y que no seria más perseguido, yo mismo me quedé atónito ante tanto delirio, sabia lo que pasaría, recuerdo que pasábamos por campos oscuros donde seguro habría vacas rumiando estólidamente su destino, se sentía el rugir del viento, las leves rayitas diagonales como lagrimas que la lluvia dejaba en la ventana, ya estábamos en el piso Besándonos, ella me apretaba con sus piernas y su cuerpo era turgente y vivido, una culebra que se comía mis sentidos, sus ojos abiertos ora cerrados me daban pequeños atisbos de la luz eterna y lo que sería mi muerte, con mano decidida subió su falda negra y sedosa, descubrí que había estado esperando a por mi encuentro, sus manos recorrían mi cuerpo; mi mente y mi alma cometieron incesto de pasión y dolor, fui a por ella, y sentí un calor como el que solo sentiré el día que me queme en el infierno, su lengua me atravesó como yo la atravesaba a ella, grito venganza, ya no podía resistir, nuestros jugos y sudores se mezclaron, quedamos retorcidos como hierros de carros después de un accidente, temblando y sin querer separarnos, no dijo nada, encendimos cigarrillos, ya era hora, nos arreglamos como pudimos, sólo nos miramos y no nos tocamos más, el momento era muy bueno para joderlo con palabras, el tren llega a Sittard, arqueé las cejas y encendí otro cigarrillo mientras Miranda la desconocida se perdía otros vagones más adelante sin mirar atrás, hoy y apuesto que después la voy a buscar, cuando sea el momento, por ahora sólo debo rodar.........


como ven, quedé muy chocado, por eso tiene esa carta un lugar tan especial, de un amigo desaparecido, como esos tiempos que no volverán.......


Y estoy seguro que todavía la está buscando......


Barquisimeto 1998.

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