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Se sienta afuera de mi ventana
como una vieja que va al mercado;
se sienta y me observa,
suda nerviosamente
por entre alambre y niebla y ladrido de perro
hasta cuando inesperadamente
golpeo la pantalla con un periódico
como manoteando una mosca
y usted pudiera escuchar el grito
en esta ordinaria ciudad,
y entonces salió.
La manera de terminar un poema
como este
es quedarse de pronto
callado.(*)

Siento que cae algo sobre mi cabeza cubriéndome, me toco y lo saco, lo miro y era mi camisa, mi camisa azul que había roto y abandonado, miro hacia arriba era ella, ella estaba parada en frente mío, una vez mas no supe que decir, me quede helado, la mire fijo, ella también, hasta que automáticamente como un reflejo para zafar de la situación dije:

- ¿Vos te llevaste mi camisa y la cosiste? – dije con los ojos abiertos y grandes

- Si, pensé que la habías dado por perdida y cuando la vi no estaba tan rota, por eso llegue tarde

- Wow, gracias, nunca nadie había hecho eso por mí, te lo agradezco mucho

- ¿Agradecerme?, no no, yo quiero mi lección de astronomía señor… ¿ cómo se llama usted?

- Mi nombre es Héctor ¿cómo es el suyo?

- Soy Noelia encantada – me dijo sonriente - ¿Entonces profesor de astronomía que tenemos preparado para la clase de hoy?

Comenzamos a mirar nuevamente el cielo, esta vez con el lápiz y el cuaderno era más fácil, podía hacer algún mal boceto de la constelación en cuestión para que sea más fácil de identificar, ella parecía muy interesada, era una persona muy risueña y eso me encantaba, tiene una gran sonrisa y creo que esta noche está más bonita que ayer, tiene unas sandalias blancas una remera blanca y el mismo short de jean que tan bien le queda, creo que no lo hace al propósito le sale accidentalmente y si lo hace al propósito es muy buena en ello.

Comenzamos a hablar sobre nuestras vidas, le conté que era escritor, que trabaje en una fábrica en el puerto durante años, que me había mudado al campo hacia poco, y que una de las grandes razones era justamente el cielo de noche, el espacio, las constelaciones, el cosmos y las galaxias, mi otra pasión. Ella me contó sobre su familia, que hacía poco tiempo que había llegado acá, que estaba acostumbrándose, que se sentía sola, que le gustaba pasar tiempo conmigo, y yo por supuesto me sentía volar, surcando en la vía láctea, pero esta vez literalmente.

Resulto ser que además de ser una chica hermosa es simpatiquísima, dos cualidades difícil de combinar y sobretodo difícil de encontrar en un ser de sexo opuesto, al final la noche se tornó épica, estábamos en el medio de nuestra fluida charla cuando los dos nos quedamos callados, se me acerca corriéndose un poco de donde estaba sentada hacia mi lado, me abraza el brazo izquierdo y se apoya en mi hombro y me dice.

- ¿Qué te parece si nos vamos a vivir a la vía láctea? Dejamos atrás todo este planeta y sus delirios, ¿te gustaría?

- Me encantaría

En ese momento aparece Demian su perro en lo lejos aullando, buscándola, ella se levanta rápidamente y me dice

- No puedo creer que se haya escapado devuelta, discúlpame pero lo tengo que llevar a casa, ¿no te enojas no?

- No hay problema igual ya me tenía que ir a dormir

- ¿Entonces nos vemos mañana a la noche, te parece?

- Encantado, hasta mañana

- Hasta mañana – me dice dándome un beso en la mejilla derecha y se marcha a lo lejos bajando por la colina

Bajo de la colina y lentamente paso por debajo del alambre de púas y me subo a mi bicicleta, voy tranquilo por la ruta, el aire es cálido, la noche fue memorable y no podría sentirme mejor.

 

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