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INTRODUCCIÓN

Protagonista y testigo de más de tres décadas de nuestra medicina, cuento para mis reflexiones con el privilegio de haber visto desde primera fila sus transformaciones profundas e impensadas, y con el abatimiento y las satisfacciones que se sienten al ejercer el noble arte de aliviar y de curar. 

La humanidad, cuestión que me impacienta, no es menos que los avances científicos y tecnológicos de nuestras profesiones, es el norte de una ciencia que existe en la medida en que ve padecer al hombre enfermo. Tal vez en otros campos quiera el científico rivalizar con Dios y construir, de pronto, un altar a su soberbia; en éste, su aliento debe ser humilde, benigno y compasivo. 

Enfrascado en el examen de la bondad en el ejercicio de la labor asistencial, expondré en las próximas líneas fundamentos y consideraciones sobre la humanidad en el ejercicio de la medicina, y mi percepción sobre los avances y vicisitudes de una ciencia cuya práctica demanda altruismo como ninguna otra.

¿QUÉ ES HUMANIDAD?

La humanidad es un término de ambiguas acepciones, tan incierto como la condición humana. “Errare humanun est” -humano es equivocarse- afirma la sentencia. Y por humano se agravia, pero por humano se sufre, por humano se injuria, pero por humano se consuela. Esa aparente contradicción del vocablo, resume en últimas, con precisión, al hombre.  La humanidad, es un fruto particular de nuestra especie; así se conjetura. Un logro propio de seres racionales, de entes con libre albedrío y con conciencia. Ante ese axioma no cabe esperar comportamiento semejante de los animales, pero sí de los hombres hacia ellos. No obstante la razón flaquea cuando la mascota mima al amo, y el amo –en esencia racional-  procede con toda crueldad contra los animales. Imagen surrealista que arruina toda argumentación sobre la superioridad de la razón humana. 

Pero porque el hombre es humano es posible humanizarlo. La humanidad es a la luz del diccionario la compasión de las desgracias de nuestros semejantes, y en ese sentido ha de entenderse a lo largo del presente escrito. La humanización aspira a que las personas hagan el bien, que se sintonicen los hombres con la bondad y con las buenas maneras. Hacerlos benignos es humanizarlos. En su transformación el bien y el mal, eterno conflicto de la naturaleza humana, se resuelve a favor del débil, del necesitado, del que sufre, del que siente; de todo aquel sensible a nuestros actos: en potencia todo ser humano. 

Y aunque la humanidad abraza el bien y reprueba las acciones malas, paradójicamente también comprende al infractor, incluso lo perdona.

LUIS MARÍA MURILLO SARMIENTO M.D.

Este es un ensayo compuesto por 16 capítulos. Siguiente capítulo: ¿Qué es dignidad?

http://luismmurillo.blogspot.com/(Página de críticas y comentarios)
http://luismariamurillosarmiento.blogspot.com/(Página literaria)

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