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Este artículo lo escribí a comienzos de este año 2010 y, por diversas circunstancias, hasta hoy lo hago público; lo mejor de todo es que no ha perdido vigencia y no creo que la pierda en un futuro cercano; el tema es eterno y los protagonistas igual, abarcan a todo el género humano, ¡Casi nada! Y, según la Santa Sede, los hombres y las mujeres NO pecan lo mismo. Bueno, pues hasta donde llegan mis conocimientos de las religiones y creencias, la Santa Sede dictamina y legisla sólo para la comunidad católica, pero creo que los hermanos cristianos y de otras creencias tienen motivaciones semejantes para incurrir en ese desliz llamado pecado que es, ni más ni menos, salirse de las normas vigentes dentro de la creencia religiosa.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre los dos géneros? Entendámonos, la trasgresión llamada pecado es la misma para el hombre y la mujer; me explico,  robar tiene las mismas connotaciones para los dos sexos. Los diez mandamientos son parejos para mujeres y varones, no es eso lo que quiero mostrar sino la diferencia de las motivaciones que llevan a los seres humanos a desobedecer las normas de la Iglesia, según los jerarcas de la misma.

Los pecados capitales

Para los que desconocen la lista de estos pecados, denominados capitales  o no la recuerdan completa acá se la doy para que estén bien informados:

1.         Soberbia

2.         Envidia

3.         Gula

4.         Avaricia

5.         Lujuria

6.         Pereza

7.         Ira

Muchos teóricos de este tipo de pensamiento coinciden en que el mayor de todos los pecados y por ende el padre (la madre, dicen) de todos los demás, es la soberbia. De manera que nuestras dulces e infaltables compañeras comienzan sus faltas con este, como para no desentonar con su condición de generadoras de vida y todo lo demás.

Bueno, antes de que lo olvide, SEVEN es una película acerca de  un asesino en serie que escoge a sus víctimas de acuerdo con el pecado capital que más lo aqueja y ejecuta a su víctima de acuerdo con su debilidad emocional (al goloso lo hace comer hasta que revienta…), recomendada para no cardiacos. Pero este no es el asunto, el asunto es la culpa, el pecado, la caída en cada uno de estos siete enemigos de la humanidad. ¿Dije enemigos?, bueno, es que a mí me los inyectaron con esa categorización y agregaron que la soberbia era como la madre de los otros seis. Para que el cuadro sea completo doy la definición de cada uno, no según el Catecismo, que se me perdió hace años sino, como siempre hago, según el diccionario de la RAE

1.         soberbia. (Del lat. superbĭa). f. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros. || 2. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. || 3. Especialmente hablando de los edificios, exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa. || 4. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas. || 5. ant. Palabra o acción injuriosa.

2.         envidia. (Del lat. invidĭa). f. Tristeza o pesar del bien ajeno. || 2. Emulación, deseo de algo que no se posee. || comerse alguien de ~. fr. coloq. Estar enteramente poseído de ella.

3.         gula. (Del lat. gula). f. Exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber. || 2. ant. Faringe, esófago.

4.         avaricia. (Del lat. avaritĭa). f. Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.

5.         lujuria. (Del lat. luxurĭa). f. Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales. || 2. Exceso o demasía en algunas cosas.

6.         pereza. (Del lat. pigritĭa). f. Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados. || 2. Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos. || 3. Ven. perezoso (ǁ mamífero desdentado). || sacudir la ~. fr. Vencerla. || 2. Emprender o continuar con buen ánimo una tarea o diligencia.

7.         ira. (Del lat. ira). f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo. || 2. Apetito o deseo de venganza. || 3. Furia o violencia de los elementos. || 4. Repetición de actos de saña, encono o venganza. || descargar la ~ en alguien. fr. Desfogarla contra él. || ~ de Dios. loc. interj. U. para manifestar la extrañeza que causa algo, o la demasía de ello, especialmente cuando se teme que produzca sus malos efectos contra nosotros. || llenarse alguien de ~. fr. Enfadarse o irritarse mucho.

Hasta ahí las definiciones, pero el comunicado de la Santa Sede, qué vaina tan curiosa, da la clasificación de los pecadores por pecado capital y por género. Como la fuente es EL VATICANO, no dejo de interrogarme cómo hicieron los religiosos y religiosas para determinar lo que sigue:

De acuerdo con las aproximaciones de la Santa Sede, los hombres incurren en el pecado fundamentalmente por sus impulsos hacia el sexo y la comida, mientras que las mujeres pecan más por rivalidad…” (Fuente: El Vaticano)

Y sigue el gráfico explicativo publicado por el periódico colombiano El Espectador. El número es el orden en que se ubican los siete pecados capitales de primero a séptimo:

No

Hombres

No

Mujeres

1

Lujuria

1

Soberbia

2

Gula

2

Envidia

3

Pereza

3

Ira

4

Ira

4

Lujuria

5

Soberbia

5

Gula

6

Envidia

6

Avaricia

7

Avaricia

7

Pereza

 

Las definiciones y la tabla permiten sacar algunas conclusiones, según el autor del ensayo y que, por supuesto, no son definitivas:

  • Los hombres piensan más en el sexo y los placeres carnales mientras las mujeres mantienen el ego inflado y sobre todas las cosas se creen lo máximo de la creación (en algunas cosas pueden tener razón)
  • Como cada mujer se siente el centro del universo, no acepta la competencia y eso desencadena su  envidia contra todas las personas y cosas que puedan opacarla –en especial sus mejores amigas- . Para los hombres la envidia se ubica en un sexto lugar.
  • En cambio los hombres prefieren llenar la panza. Tal vez el refrán “Barriga llena corazón contento”, proviene de un varón satisfecho de cama y mesa. Y una mujer inventó “¿Envidia?, es mejor despertarla que sentirla”.
  • En la parte media del gráfico encontramos en el tercer puesto la pereza para los hombres y la ira para las damas. ¿Por qué? Digo yo que satisfecho de sexo y comida pues a perecear, no necesariamente a dormir y a recrear con placenteros pensamientos la lujuria y el sabor de la comida. En el caso de las damas, después de mirarse en el espejo y pensar en todas las que les ganan en algún aspecto, ¿qué viene?, el enojo, el coraje, la rabia, la cólera, la ira.
  • Y llegamos al cuarto puesto: ira para los caballeros y lujuria para las damas. Después de fornicar, comer y perecear a los tipos se les despierta la rabia contenida, tal vez por lo que pudo haber sido y no fue. Y a ellas, pecar por soberbia, envidia e ira les despierta los instintos carnales.
  • No tomen al pie de la letra las conclusiones, es un juego mental que hago para explicar el orden y la intensidad de los pecados capitales pero esto no se refiere en la realidad a la misma persona, supongo, sólo supongo, que comparando datos de confesiones entre cientos de curitas hacen cuentas de los pecados que mas confiesan sus feligreses por género pero no es muy confiable esta estadística. Los mayores pecadores no se confiesan.
  • Según datos, también de El Vaticano, el mayor porcentaje de fieles que acuden al sacramento de la reconciliación (antes llamado penitencia y también confesión)  son mujeres y ancianos. En otro segmento de penitentes encontramos enfermos, presos, jóvenes que recién hacen su primera comunión, depresivos crónicos. De acuerdo con esto la estadística no es confiable, tiene un gran margen de error.
  • En la parte media baja del cuadro está la soberbia para los hombres y la gula para las mujeres. Casi lo olvido, la noticia de la Santa Sede no da cantidades de la muestra y menos porcentajes, solo el orden de jerarquía de la falta por género.
  • En el sexto lugar aparece la envidia en los hombres y la avaricia en las damas.
  • Por último el pecado que menos cometen las mujeres es la pereza y los tipos la avaricia.
  • Estos últimos escalones del escalafón me parecen bastante sospechosos.

Algunas preguntas que se me ocurren:

  1. ¿La muestra incluyó personas de todas las clases socioeconómicas?
  2. ¿El marco geográfico se limitó a Roma, o tuvieron en cuenta los aportes de los curitas del resto de Italia?
  3. ¿Es confiable el resultado final?
  4. ¿Qué margen de error hay?
  5. ¿Dónde están las cifras para comprobar las afirmaciones?

Les quiero confesar que a mí, personalmente no me parece muy confiable esto que publica la Santa Sede. Desde niño me enseñaron que existe el sigilo sacramental que consiste en guardar el secreto de la confesión, por parte del sacerdote que la recibe y si llegaron a estas conclusiones pues cientos de sacerdotes tuvieron que confesar lo que les habían confesado. Si lo hicieron, así hayan nombrado el milagro y no el santo, me parece que rompieron la norma.

Dejo hasta aquí mis reflexiones y quedan las inquietudes para los creyentes (y también los no creyentes) y para terminar les confieso que este ensayo lo hice por pura curiosidad y como una forma de exorcizar mis propios demonios.

Fuentes:

-          El Espectador, diario colombiano. Periódico muy serio, por si acaso.

-          Diccionario de la RAE.

-          El Vaticano.

-          Mis archivos

 

Edgar Tarazona Angel
www.molinodeletras.net

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