No puedo entender donde estoy, acostado y cuatro paredes del mismo color, a un lado de mi se encuentran muchas flores sin una tarjeta que explique quien las envío. En este cuarto entran personas vestidas de blanco y otras con una triste cara como si supieran quien soy yo.
Llevo días intentándome comunicar pero no entiendo porque no me quieren contestar. Veo que la gente se puede mover sin dificultad, me invade la duda de saber si alguna vez lo pude hacer. Alguien tocando mi rostro me hizo despertar, llorando a mi lado susurraba un te extraño, yo con una gran duda preguntaba que de donde me conocía y para todo eso no me respondía.
En un momento me sentí invadido, ya que cinco personas me rodeaban y la que me dijo que me extrañaba lloraba y gritaba. ¿Qué pasa? me preguntaba, mi pecho me dolía, mi cara se adormecía, esa pequeña mujer se acercó y dijo que me amaba, regresó todo a mi mente, esa niña hermosa era la que había hecho que me enamorara, era mi luz de cada día, mi sonrisa y mi atardecer.
Es momento dijo el hombre de blanco, lo único que pensé era responder Te amo, tres segundos después el mundo se volvió del color de las paredes.
