El rey de los animales quiso demostrar con su valentía que él era no solo el amo de la selva, sino también de todo el planeta. Un día reunió a los cuadrúpedos bestiales y les dijo:
─Voy a trepar el techo del mundo. Seré el primer animal de tierra en hacerlo.
Buscó mapas, calculo los ángulos, se encomendó y se marchó muy seguro de sí mismo.
Después de veinticuatros horas agotadoras, y antes de que el astro rey del universo se pusiera, alcanzó la cima y levantó campamento.
Satisfecho y orgulloso por haber logrado tan magna hazaña, se echó a dormir. De pronto, para su sorpresa, escuchó una vocecita que le dijo:
─¡Bienvenido a la cima del mundo!
Al incrédulo león le dio un infarto y expiró.
La hormiguita le pasó por encima y prosiguió con sus labores.
©Héctor Luis Rivero Lopez, 2009