Santiago nublado en las periferias, cálido en el centro. Los volantines ya circundan el cielo, y lo frígido de súbito se me ha vuelto sugestivo.
Las nubes que condensan los gemidos del mundo, la leva en las calles, el aire interrumpido y tu desconcertante serenidad hoy me hacen pensar que, cuando el tiempo se suspende, esta ciudad no me resulta tan ajena.