Nota de la autora: Me encantaría que me hicierais todas las críticas que deseeis sobre esta pequeña descripción. Gracias. |
Por encima se elevaba un manto de niebla que daba un aspecto tenebroso a aquel bonito paisaje, que días antes había estado iluminado por un sol radiante y alegrado por el canto de los pajarillos que hoy se escondía en sus nidos adormilados por el intenso frío.
A lo lejos se adivinaban las montañas, junto al río, seguramente helado. Sus cimas se elevaban al cielo y se perdían en él. Las plantas de jardín estaba igualmente heladas. Todo estaba cubierto por la nieve, excepto la pila de leña, recientemente removida.
El cielo parecía oscurecerse cada vez más. Estaba de un tono rosado, posiblemente una tormenta de nieve se hallaba sobre el valle. La noche se presentaba gélida.
No se oía a los lobos, ni a los búhos... todos se habían ido. Su instinto les hacía huir del frío.
El abuelo cerró las contraventanas de madera y se acurrucó con su perro entre las mantas, hasta sentir el peso del sueño sobre sus párpados.