Ella era frágil, se veían los sorbos amargos de la vida absorbidos durante años a través de aquella mirada, esos ojos no podían mentir. ¡Claro que no!
¿Y sus manos? Dignas de ser unas luchadoras y cristalinas, mostrando esas enormes cicatrices provocadas por un duro año o tal vez varios.
Era bella, sin duda, sus rasgos simplemente reflejaban una melosidad sorprendente-mente sugerente.
Enamoraba pero no dejaba enamorar.
¿Que sera de ella? La sigo recordando y rezo por recordarla un poquito más, quizás una vida o dos....o mejor infinitas.