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El segundo capítulo se llama "La vida que escogimos" ó originalmente "The life we picked" se centra más en el personaje de Lex y nos muestra una pizca de el pasado.

En el amor (Capítulo 1)

En casa de Juancho Un golpe en la puerta

-          Juancho!!!

Dos golpes en la puerta

-          Jairo!!!

Tres golpes en la puerta

-          Alex!!!

Había almohadas, cobijas y zapatos por toda la habitación, Lex dormía en franela blanca y pantaloneta, a diferencia de Juancho, quien dormía con franela blanca y boxers, y definitivamente a diferencia de Jairo, que solo se había quitado los zapatos y la correa. Golpean cuatro veces a la puerta

-          JUANCHO!!!

Juan se despertó impetuosamente y con sus pies despertó a Lex, quien lleno de pereza se dio media vuelta para tratar de seguir durmiendo, al ver que Juan no se lo permitiría, se levantó

-          Hermano, ¿estoy muerto? – Lex se sentía pésimo

-          No creo – Juancho no se sentía mejor

-          Ufff..... ¿Qué pasó?

-          Mi mamá – bostezó – a desayunar

-        Hmmm, listo – se estrujó los ojos para tratar de despertar – ¿Y Jairo?

-          Déjelo dormido – Se levantó y se fue Lex se dio media vuelta y empezó a molestar a Jairo con sus dedos, al ver que no se despertaba, se levantó y entró al baño.

-          … Y que, ¿Cómo se llamaba la de anoche? – Lex odiaba estar a la mesa en silencio, la comida perdía su buen sabor en un desayuno sin palabras, así que trataba de romper el ensimismamiento de Juancho

-          No me acuerdo – Juancho no quería hablar, pero notó que su respuesta había desanimado a su amigo, así que agregó bromeando – Es que fueron tantas

-          Calmáte ventarrón – Lex sonrío

-          No mentiras, Andrea… algo – En realidad no recordaba el apellido de la muchacha

-          Pues la mía se llamaba Catalina, Gómez, creo

-          ¿Esa era la rubia o la otra?

-          La rubia, la otra se llamaba Camila si no estoy mal; ¿Por qué? ¿Le interesó la rubia?

-          Obvio que sí, ¿Qué tal besa la niña?

-          Bien hermano, nada que no haya probado antes – Esa era la rutina después de un día de fiesta

-          Hmmm – Tema cerrado

-          Lo vi grave con Stephy anoche – Juancho puso cara de dolor de estómago – Me preocupa… además ¿Qué pasó con la primera regla?

-          Nada hermanito, nada que ver…

-          Buenos días – Jairo se acababa de levantar y  venía asentarse en el comedor

-          Sáquese la papá de la boca, hermanito – Lex recibió una palmada por ese comentario –  Brusco no hermano

-          Usted se lo busca – Jairo se acomodó en la silla – Y que ¿Como les fue anoche?

-          Mal!!! – Juan recordó los sucesos de la noche anterior – Desgraciado, casi se lo monta con mi prima…

-          Ay ya Juancho, párela

-          … Y mi prima es virgen!!!

-          No hable – Lex soltó el sándwich que estaba comiendo – Eso es mas de lo que quería saber

-          Uy, yo juraba que ella se había acostado con el noviecito que tenía – Jairo también estaba sorprendido

-          No, ella es mi primita… Pero dejemos de hablar de ella

-          Hmmm – Lex cerró el tema – Y ¿Qué vamos a hacer hoy?

-          ¿Vamos? – Juancho no tenía planes con ellos – No se ustedes, pero yo me voy con mis papás y mis hermanos para Pamplona

-          Ah que bien!!! – Lex cambió drásticamente de humor

-          Quieto, el delicadito!!! – Jairo quería empatar a Lex con una burla

-          No, no es por delicadito, sino que me toca irme a mi casa – se levantó – Y allá solo me aburro – Volvió a la habitación de Juancho

-          Y usted Jairo ¿A que horas se piensa ir?

-          Jódase –Siguió desayunando.

Después de que todos se pusieron decentes y presentables, Jairo llamó un taxi que los llevaría a él y a Lex a sus casas, mientras estaba sentado en el porche de la residencia Parra, Jairo jugueteaba con su celular, empezó a mandarle textos a Valentina, amiga de su prima Paola, era una rubia preciosa, de cara delgada, cabello brillante y muy lindas piernas, pero con un solo defecto para Jairo, un novio, al que él llamaba “cuttie-boy” y solía decirle a Valentina que su pareja era homosexual y que ella no era más que una pantalla… estaba obsesionado con ella, pero ella no le daría una oportunidad.

-          Alex, llegó el taxi!!!

-          Ya voy, ya voy – Respondió Lex desde adentro, estaba terminando de peinarse… o por lo menos si a ese ritual extenso y en opinión de Jairo inservible se le podía llamar peinarse – Suerte Juancho!

-          Nos vemos.

Jairo y Lex se subieron al taxi, primero llevaría al muchacho Torrado y luego a Lex, cuando los tres se juntaban, lo pasaban de maravilla, pero, cuando se sacaba a Juancho de la ecuación, solía presentarse un silencio, no porque no se llevaran bien, más bien porque no encontraban cómo expresarse… Como siempre, Lex rompía el silencio:

-          Hermano, Juan está rompiendo la primera regla

-          ¿Y eso? ¿Por qué lo dice? – Jairo no había presenciado el embarazoso comportamiento de un semi-alcoholizado Juancho la noche anterior

-          Lo vi mal con Stephy anoche – Lex se colocó sus gafas de sol de lentes redondos, tipo Ozzy Osbourne

-          ¿La de décimo? – Lex asintió – ¿Y eso por qué? ¿Qué hizo?

-            Se alteró todo cuando le dijeron que ella estaba anoche donde Mabel, casi me lloró para que le ayudará.

-          Que pendejo… – Lex estaba concentrado en la ventana, así que no notó cuando Jairo le ofreció un chicle de menta – Pero usted que dice, no es que ande muy bien con todo el asunto de Sarabia

-          Ay, no joda – Había tocado una fibra sensible – esa vieja ya esta enterrada para mi – mintió, Jairo soltó una risa forzada y se concentró en su ventana, Lex no había podido contraatacar su ofensiva y todo gracias a que él no era de esos que divulgan sus sentimientos.

El taxi arrancó de nuevo, Lex veía como su amigo entraba a la urbanización en la que vivía, ahora se dirigía a su casa, probablemente su papá ya habría llegado de su último viaje, pero mas probable aun era que si aun estaba en casa, se estuviese arreglando para ir a trabajar otra vez, se quedaría solo y aburrido. Para ir pensando en algo, sacó su celular y abrió la bandeja de entrada de mensajes de texto, se encontró con un mensaje de ella, Alejandra Sarabia, su primera novia, habían terminado hacía un tiempo, pero Lex seguía pensando en ella, no entendía por que después de ese tiempo, ella volvía a su vida, con un mensaje que decía: “Feliz grado, fue un tiempo maravilloso el que compartimos, búscame necesito decirte algo, estoy… mirando la luna” Pero no la había encontrado la noche anterior…

-          Hola pa – Lex acababa de llegar a su casa

-          Hola hijo, ¿Cómo vas? – Ese era el saludo que identificaba a su papá, y el saludo que él utilizaba con las niñas

-          Bien pa, estuvo muy vacana la fiesta, y de ahí nos fuimos para el cumple de una amiga

-          Hmmm que bien – Tal cómo se imaginaba, su papá se estaba alistando para salir a trabajar, era un asesor de calidad, y recién empezaba a trabajar en una empresa local – Y que ¿Mucho trago?

-          No pa, racionado – Dejó el blazer sobre una silla

-          ¿Cigarrillo?

-          Obvio que no

-          ¿Drogas?

-          De eso un poco – Su papá levantó la mirada – Eh, no mentiras

-          Ojo con eso… ¿Sexo?

-          Nada, nada – Lex siguió su camino.

En su habitación, Lex se sentó en su cama, sacó un CD que tenía entre un cuaderno viejo y lo puso en su equipo, habían un par de canciones de San Alejo y mucha música pesada; esos gustos los habían heredado de García, uno de sus compañeros de colegio, Juan y Lex habían encontrado muy armoniosa la música loca del venezolano, pero Jairo no abandonaba el gusto por el reggaeton. Cuando el tono de la música empezó a subir, Lex se levantó de su cama y cerró la puerta, cuando volvió a ella, su celular estaba vibrando, había recibido un mensaje de texto de su prima y confidente Angélica:

-          Primo, no te vayas a ir de… para atrás, necesito que vengas a mi casa, hoy voy a presentarle a Jorge a mi papá y necesito apoyo moral… rápido…xoxo

Lex sonrió, no alcanzaba a imaginarse la escena, su tío, era bastante estricto y ponía cara de pocos amigos cuando se trataba de muchachos, pero, su prima le había solicitado ayuda, y no podría negársela, así que se puso los zapatos de nuevo y salió de casa. Al llegar, Lex no entendió la escena, parecía que ya había pasado la etapa de la indiferencia… este tal Jorge y su tío parecían haber congeniado y ahora hablaban de futbol… mientras que él y Angélica estaban en la cocina.

-          Entonces… parece que se llevaron bien – Lex estaba algo sorprendido

-          Si, eso creo, ay primo!!! – Ella se lanzó sobre él y lo abrazo muy fuerte – Estoy súper feliz

-          Hmmm – En todo esto había algo que él no entendía – ¿Cuánto llevan juntos?

-          Hem, tres semanas – Lex alzó una ceja, ¿solo tres semanas y este tipo ya estaba hablando con su tío?

-          Y eso, ¿Por qué lo trajiste tan rápido?

-          No sé, primo, solo quise mostrarle cuanto me importaba…

-          Y ¿Cómo sabes que no esta jugando contigo, que no te va a dejar en ridículo?

-          No se, primo, solo lo se – Salieron de la cocina después de servir las bebidas, hablaron y hablaron un rato, hasta que dieron las cinco y el yerno pidió permiso para salir con Angélica; en tanto se fueron ellos, Lex volvió a casa y entró a la ducha

Era un tipo común y corriente, nada tenía de llamativo o de especial… ¿Que veía Angélica en él? Sin embargo, lo había llevado a casa y se había puesto en línea de fuego junto a él, ¿Por qué? Sería eso “amor” ¿Pero que tenía de divertido? estar con alguien, serle fiel cuando Dios sabe si esa persona lo es también… Las preguntas cambiaron de tono poco a poco: ¿Por qué arriesgarse a quedar en ridículo? ¿Por qué arriesgarse a abrir el corazón y ser lastimado?... Lex ya había caído una vez, no volvería a pasar. Se sentó en su habitación y encendió el computador, abrió una carpeta de imágenes y se preparó para verlas, con un suspiro se lanzó a dar clic, eran fotos de hace algún tiempo, tiempo que había sido una farsa… Tiempos de Alejandra… La primera que había dejado entrar y la primera que lo había herido mortalmente, pero eso acababa hoy, debía acabar… su teléfono rompió la burbuja de autocompadecimiento 

-          Aló – Su tono de voz se había ablandado un poco, lo mejoro con un carraspeo – Que hubo Jairo

-          Que pasó, ¿Qué hace?

-          Nada hermano, aburrido

-          Ah, oiga, el viernes hay una vuelta donde Simón, ¿Se anota?

-          Listo, de una

-          Listo, hablamos – Una llamada con Jairo nunca duraba más que eso, a menos que fuera para averiguar una tarea. Lex volvió a las fotos, empezó a pasarlas un poco más rápido, hasta que llegó a una que definitivamente lo hizo detenerse, en ella aparecían él y Alejandra juntos, sentados en un resbalador, tomados de la mano, había sido tomada hace un año aproximadamente… tiempos aquellos…

Sin corazón (En el amor. Capítulo 3)

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