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La mayoría de los cuentos infantiles que leí durante mi niñez comienzan casi siempre de la misma forma: “Había una vez” y terminan igual: “Vivieron felices para siempre” ésta última frase ha sido cuestionada a lo largo de los años ¿realmente las princesas vivieron felices para siempre después de casarse con príncipes a los que en su mayoría solamente vieron una vez en su vida de manera breve? ¿En la realidad existen los finales felices?

Y no me queda más remedio que regresar al tan desgastado y explotado centenario y bicentenario de diversos países en Latinoamérica  para hacer una nueva reflexión en cuanto al desenlace de estas historias que en varios países culminaron con la independencia, pero ¿Qué hubiese sucedido si después de la libertad hubiera llegado también la apertura y el apoyo de los nuevos y flamantes dirigentes del gobierno para que la cultura y la educación entrara en cada casa y en cada parcela, en cada negocio y en cada cabeza de todo ciudadano? ¿Estaríamos acaso en la misma situación que vivimos hoy? Porque si bien es cierto que la independencia se obtuvo en aquel tiempo, también lo es que a pesar del progreso y de las nuevas condiciones de vida pareciera que la pobreza no se dio por enterada de que debía sacar su bandera blanca y emprender la retirada, lo mismo en aquello de la opresión de los que ostentan el poder contra la población, la inseguridad, la falta de recursos, los impuestos elevados, las leyes ventajosas, el dinero en manos de los que más tienen…y la falta de educación digna al alcance de todos. Entonces ¿dónde quedó la libertad? Quizá la confundieron con uno de esos cadáveres cubiertos de sangre que quedaron tendidos en el campo de batalla sin identidad ni pasado conocido y terminó en la fosa común con todos dejándonos a la espera de su arribo.

Y con el paso de los años se ha marchado también la identidad nacional, el patriotismo, el respeto por la bandera y el Himno Nacional que representa al país de cada uno de nosotros. Y esto no solo es una realidad en México, que es donde yo vivo y representa mi ejemplo de siempre porque es lo que conozco, también sucede en otros países, como la mayoría de los que pertenecen a América Latina que son privilegiados porque lo tienen todo al alcance de la mano pero que no despuntan, que no comen, que padecen el día a día por las deudas adquiridas, la inseguridad y la falta de empleos.

¿Qué fue lo que falló y qué hace tanta diferencia entre nuestra forma y nivel de vida y la de los países de primer mundo? Creo conocer la respuesta: se dejó a un lado la educación. Sucedió como las teorías que aseguran que al niño no se le debe corregir, no se le debe reprender ni golpear para que crezca libre y feliz y esos niños terminan siendo los adultos amargados, intolerantes y prepotentes del presente. Madero, personaje clave en el movimiento revolucionario en México proclamaba que no se logra con bayonetas la civilización, que el progreso se gana leyendo libros y fomentando la educación. Y como él, otros más han levantado sus voces para reclamar este bendito derecho al conocimiento sin éxito:

·        José Vasconcelos: “La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral”

·        José Martí: "La madre del decoro, la savia de la libertad. el mantenimiento de la República y el remedio de sus males es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura."

·        Henrich Heine: “"Donde se quiere a los libros también se quiere a los hombres."

·        Voltaire: "Todo el mundo conocido, con excepción de las naciones salvajes, es gobernado por los libros."

·        Kofi Annan: “La educación no solo enriquece la cultura... Es la primera condición para la libertad, la democracia y el desarrollo sostenible.”

·        León Lederman: “La educación gratuita es siempre una buena inversión que todas las sociedades deben hacer”

·        Ernesto Sábato: “Lo he dicho en otras oportunidades y lo reafirmo: La búsqueda de una vida más humana debe comenzar por la educación”

·        José Sarukhán: “Cultura es sinónimo de civilización y progreso intelectual”

·        Miguel de Unamuno: “Solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe…no proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura.

·        Olhinto María Simoes: “Fortalecer la cultura es la mejor forma de fortalecer al pueblo”

Estas ideas son solo una muestra de que también se han librado batallas a favor de la cultura, aunque no han sido aún exitosas en todas partes. Para que exista la cultura debe haber una educación digna,  es decir: la cultura alimenta al espíritu y la educación al intelecto. Pero…¿Qué es la Cultura y qué es la educación?

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