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¿Quién eres?

 

Si te preguntasen ¿Cuándo naciste? De seguro contestarás: El día en que mi madre me dio a luz; Si te preguntasen ¿Quién eres? Seguro responderías: Soy lo que soy según fui formado, según fui enseñado, eso soy. ¿Ves el oro que estando bajo tierra y entre las piedras no tiene valor, y sin valor el oro es nada? ¿Cuándo comenzó a tener valor el oro? Pues el día en que el oro comenzó a tener valor, este fue el día en que comenzó a brillar.

 

Cuando el hombre nace aún no es, ¿Qué es el hombre que aún no es? Es carne nada más, nacido de la carne, así como el oro cuando es extraído de la mina es polvo nada más; El hombre que ha nacido es incompleto, no porque le falte alguna parte de su cuerpo, sino que aún le falta el soplo de vida; Para que el hombre llegue a ser el verdadero hombre le es necesario alcanzar la imagen y la semejanza de Dios ¿No es hecho el hombre a imagen y semejanza de Dios? El hombre en la carne aún no lo es, es nada más un prospecto a ser, porque ¿No es Dios espíritu? ¿No dice su palabra “Dios es Espíritu”? Si Dios es espíritu ¿Cómo es que el hombre es imagen y semejanza suya? De modo que, el hombre será imagen y semejanza suya cuando deje de ser carnal; El hombre natural, es el hombre animal ¿Los ofende esto que les digo? No deberían sentirse ofendido ¿No dice también la ciencia humana que los hombres son una especie más entre los animales de la tierra? Pues, en verdad, tal cosa no está tan lejos de la verdad, pues, en efecto su palabra nos dice “Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual” (1ra, COR, 15:44) y más adelante también dice “Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual” (1ra. COR. 15:46) y en otra escritura descubierta no hace mucho se dice “Bendito sea el león que el humano come  y el león se convertirá en humano. Y maldito sea el humano a quien el león come y el humano se convertirá en león” (Tomás 1:7) Fue hecho entonces el hombre terrenal semejante a las bestias, pues, en otra parte también Dios nos dice “Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.   Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad” (ECL 3:18,19) Así también Dios nos aclara esto mediante Nabucodonosor, a quien por su orgullo, jactancia y vanagloria le fue impuesto ser semejante a las bestias del campo por siete tiempos, pues, lo que pasó a Nabucodonosor fue lo que realmente ocurrió al hombre cuando desobedeció, pues, perdiendo el dominio sobre las bestias fue hecho semejante a ellas y a formar parte de su cadena alimenticia, y al igual que a Nabucodonosor tal condición de bestia le será quitada, cuando reconozca la majestad de Dios a como el mismo Nabucodonosor lo testificó:  “y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades” (Daniel 4:34) Los hombres somos seres animales llamados a ser espirituales, pero, no podemos llegar al espíritu si antes no recibimos el aliento de vida, mediante el Espíritu vivificante el cual es Cristo.

 

Cristo es el camino ¿Qué camino? El camino que conduce a la imagen y semejanza de Dios, se trata pues, de transformar esto que vemos en algo que no vemos, nuestra lucha es esta: Combatir contra nuestros instintos animales mediante las armas espirituales, escudándonos detrás del Señor Jesucristo; Recibimos a Cristo y mediante Él, recibimos al nuevo hombre, al hombre espiritual, el hombre por cuya razón son todas estas cosas que vemos a nuestro alrededor, somos nosotros la obra maestra de Dios, la cual aún está en proceso y progreso, por lo cual ¿Quién ha dicho que la creación ha sido terminada? La creación terminará, cuando por fin, el hombre sea hecho imagen y semejanza de Dios, es decir, el día en que el hombre sea santo, incorruptible y lleno de plena sabiduría verdadera, de lo cual se nos dice “Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.  Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual” Entonces, hoy el hombre es en deshonra, es débil, es animal, mas cuando resucite será en gloria, en poder y en cuerpo espiritual; Hoy nosotros, pese a nuestro cuerpo animal tenemos la misión de alojar el espíritu Santo, y luchar por mantenerlo en nuestro cuerpo hasta el fin de nuestros días, y si al término de nuestros días no nos hemos desecho de él, seguramente que nos será dado el cuerpo incorruptible que aquel espíritu merece; Hoy se trata de domar al animal, para que mañana seamos recompensado con el espiritual.

 

Entonces, si me preguntas ¿Cuándo naciste? Yo te respondo, nací el día en que me fue dado el aliento de vida mediante el espíritu vivificante, y si me preguntas ¿Quién eres? Te diría, soy lo que mis obras testifican de mí, pues en tanto el hombre natural es conocido según para lo que fue formado por los hombres, yo, soy reconocido por los frutos que forje desde que nací en el espíritu, desde que fui formado por Dios,  mas no por los frutos que se ven, sino por los frutos que no se ven, eso soy yo; Pues, el hombre no es el heredero, sino el hijo del hombre, porque no son de los padres las herencias sino de los hijos, y los hijos del hombre no son conocidos por ser hombres  sino por sus frutos, pues el árbol se conoce por sus frutos; Son los frutos los que se aprovechan del árbol, no el árbol, son los frutos del hombre que Dios espera de los hombres, no a los hombres mismos; Porque, ¿Qué provecho tiene sembrar la semilla, para luego ir a desenterrar la misma semilla? Ninguno, no hubo cosecha, más bien, aquella semilla sembrada al ser sacada nuevamente de la tierra un tiempo después, ya es podredumbre, en nada aprovecha, por eso, se siembra la semilla para que ésta se haga árbol y el árbol dé frutos y comer de ellos para aprovecharlos; Pero, ¿de qué servirá a Dios haber puesto en la tierra al hombre natural, si cuando venga a cosechar encuentre al mismo hombre natural? ¿No es decepcionante?.

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