El día que sentí que te tenia,
fue el mismo que sentí que te perdía.
Tenia mis ojos cerrados
y mí mente estuvo tan nublada,
que me dejé llevar
por el deseo de lo prohibido
y quise hacerlo real contigo.
Sin saber que estaba en peligro.
Ese peligro que me llamaba
y me impulsaba a seguir,
y no dejar esto que sentía hasta ahí,
ese día, en que te tenía entre mis brazos
y deseé nunca más dejarte ir,
sin pensarlo fue el mismo día
en que te perdí.