Desde cuándo o mejor hasta cuándo tendremos que seguir padeciendo los colombianos esa estúpida cultura del hambre?
La cultura del hambre no respeta estrato socio económico, la cultura del hambre no respeta edad, sexo, raza… la cultura del hambre la podemos observar en cualquier gremio, en la educación, en la salud… porque la perversa corrupción ha invadido todos los sectores y todas las actividades del ser humano; porque la corrupción se alojó en un rinconcito del corazón humano…
Es deprimente la lección que recibimos desde la educación cuando vemos y escuchamos como se manejan los recursos y como se hacen trampas a la ley para que estos recursos sean más abundantes… y después nos preguntamos porque la educación es tan mala en Colombia. Ni que hablar de la manera como se juega con el “noble” negocio de la alimentación escolar donde cualquier cosa esta bien para cumplir con el compromiso de llenarle la barriga a los muchachitos.
Ni que decir de la salud cuando un médico propone que para recetar unos elementos desechables a una anciana estrato 0, que vive con el auxilio del adulto mayor $150.000 cada dos meses, pidió una colaboración, es decir, según esta versión el médico dijo: “yo le formulo 5 tarros de ensure pero usted me da dos, 10 paquetes de pañitos húmedos y usted me da 5…”.
Quién da más lástima el muchachito que tiene hambre de comida en la barriga o el perverso que tiene hambre de plata en el bolsillo?. Quién necesita mayor instrucción el muchacho que asiste a clases con la esperanza de un futuro mejor o el infame profesor que se lucra de la trampa, la mentira y el engaño? Quién está más enfermo, la abuelita que ya urge de una serie de elementos desechables porque ya no tiene el control de su organismo o el infame médico que no puede controlar su insaciable necesidad de dinero?.
De la religión mejor ni hablar; los lujos y comodidades de las que disfrutan los altos jerarcas, con todo familia y pareja, de las instituciones religiosas no dejan mucho para el recreo de la imaginación o la creatividad respecto al manejo pulcro de los recursos de la comunidad. Sin embargo, toda su labor está dedicada a la noble defensa de los pobres y todo en el Nombre de Dios… Pobres?, Dios?... o será mejor, como titula el libro del desaparecido Paco Luna: “Pobre Dios”. Quién será más pobre?. El débil que llega al culto por un plato de comida o el poderoso religioso que vive con tantas comodidades a costillas del mismo frágil que, sin saberlo, es el que le sostiene esos lujos?.
La corrupción es el efecto, pero cuál es la causa?. Alguna carencia interior se ve reflejada en ese afán desmedido por el dinero, que obliga al ser humano a hacer lo que haya que hacer para conseguirlo. Muchos patriarcas de los más altos niveles sociales ocupan los medios de comunicación por sus fechorías; a esta corrupción constante y sonante no escapan ni las más grandes estirpes morales quienes también hacen noticia por graves delitos. Mal educados, enfermos y pobres son todos aquellos que necesitan de la trampa, la mentira y el engaño para cualquier logro. La causa de toda corrupción será siempre una grave e irreparable miseria humana…