Llegó a Curramba trasladó desde Tolu; como un gran organizador. Después supieron que en realidad era un experimentado matarife que hacía negocios sucios para su organización a nombre del cambio social.
Como un nuevo Stalin fue escalando en el círculo del poder.
Lo pusieron a coordinar la venta de plátanos traídos desde el Urabá Antioqueño y se robó todo el dinero de la venta. Cuando le reclamaron amenazó a todo el mundo. Sus modales eran de un matón a sueldo, alguien sin escrúpulos que igual podía trabajar para la extrema izquierda o para la extrema derecha.
Entonces hizo acuerdos con la chequera de los chat y salió electo concejal de Soledad.
Anda con vehículos cuatro puertas y un montón de escoltas.
Vive de los ingresos de los demás y es feliz con el robo y el pillaje de los dineros públicos.
Estos burócratas que crecen utilizando el trabajo comunitario; algún día se arrepentirán de sus fechorías.
Ahora es una rata más de los Chat en el departamento.