28 de enero
Es la mayor tormenta que he visto. Parece que la columna no va a soportar tantas embestidas. Las olas cubren el faro, y hasta oigo como se resquebraja. ¿O será el miedo? Cuando se incendió el faro una vez, tardaron 10 días en venir a rescatar al farero. ¿Me pasará lo mismo? Tengo hambre, sed y miedo… ¿Cuando vendrán a rescatarme?
30 de enero
Me quedé sin comida... No puedo morir de hambre… Solo estamos mi perro y yo, en medio de la nada, donde la moral y la razón se pelean constantemente.
1 de febrero
Es un infierno mi vida… no me ha quedado más remedio… la razón prevaleció. Yo tenía que subsistir. Me miraba con sus enormes ojos…pero era él o yo. Ahora acostado pienso que hice lo que tenía que hacer .Lo volvería hacer. Vosotros cuando lo leáis lo comprenderéis.
2 de febrero
No tengo miedo a la muerte, solo al castigo divino. Oigo el rugido de esta naturaleza salvaje, que golpea sin contemplaciones mi escuálida morada. ¿Dios, me quiere castigar?
3 de febrero
Esta situación parece no querer acabar. Mi mano tiembla, y oigo el aullar del perro…pero esto no es posible. ¿O está todo en mi cabeza? ya hace dos días que acabé toda la comida, o mejor dicho mi mascota, la que me quiso más que ninguna persona, y me alimentó hasta después de muerto. Ya no me queda agua potable. Estoy solo y abandonado de la mano del destino, rodeado de abundante agua sin poder olerla ni beberla.
4 de febrero
Ya no oigo la furia de la tormenta… Me he asomado fuera y el día está tranquilo. Con el telescopio miré haber si llegaba algún barco… pero nadie asoma…
Ya no quiero seguir escribiendo. Mi mano no me deja. Solo me queda una solución para justificarme ante de Gratz…
Mi mano tiembla terriblemente. Tengo que hacerlo... Comenzaré con los dedos que sujetan la pluma…No hay delito…la razón volverá a prevalecer.
Ana Zarzuelo