Los controles de la población humana en cuánto a sus cantidades especificas son perfectos, tan perfectos que, jamás había pasado por la mente de la Muerte verificar la buena marcha de los mismos, éstos, han sido encuadrados dentro del engranaje cósmico, lo que equivale a la perfección, tan es así, que un solo error de la trillonésima parte del átomo, bastaría para desatar una hecatombe Universal.
Pero, hete aquí. De pronto, como salido de la nada, semejante a un malabarismo, ¡vaya! Como por encanto, (encanto maligno, por supuesto) ha surgido el error, la omisión, o, algo que escapa al control de la Muerte, la cual, como ya dijimos al principio, se encuentra en apuros. ¡En gigantescos apuros!. Su cerebro, semejante a una olla de presión a punto de estallar como si miles de ciclones trataran de escapar de su interior, discurre entre caminos disímbolos entre la lógica y la sinrazón. Resopla furibunda, rechina los dientes y, su nerviosismo le lleva hasta los umbrales ilógicos de la locura.
Una vez más y, en contra de su voluntad, pero acuciada por la emergencia de los acontecimientos, vuelve a consultar sus parámetros. Sus manos vuelan sobre los teclados de los distintos aparatos puestos en movimiento en forma inusual. Los número surgen, se desparraman en cascadas aritméticas sobreponiéndose unos a otros y desapareciendo para dar paso a la siguiente ola de guarismos.
Las terminales se tornan incandescentes y, una vez terminadas las ecuaciones aberrantes, los controladores vuelven a arrojar los mismos resultados. ¡Los mismos escalofriantes resultados!. La P: C: A:. Señala unas cifra y, el C:C:P: tiene otra, lo que significa que existe un error, ¿Un error?. ¡Imposible!. ¿ Imposible ¿. ¿Acaso los números no demuestran lo contrario?. Ella debería de saberlo, ¡Lo imposible no existe!.
Ahora bien, -se dijo la Muerte- adoptando un aire voluntarioso. ¿Cuál es el problema en sí?. Veamos, si los controles no coinciden en sus cifras de cuantificación, lo que jamás debería de ser, nos lleva a la lógica conclusión de qué, una unidad del género humano que, según los registros de la P. C: A: ha sido dada de baja, el C.C.P: la tiene considerada como ( activa ). Creo que no es necesario el averiguar la causa diferencial, -pensó para sí la Muerte- lo que interesa es lo siguiente. ¿Desde cuando existe tal diferencia?.