Continuó pulsando las teclas con energía. Una bandeja, antes invisible, apareció a su izquierda, suministrando un montón de hojas. Más textos para mecanografiar. La sra. Carmen entró en el despacho, armada con una reluciente y potente máquina limpiadora que apenas producía ningún ruido. Se saludaron cordialmente, cada una atareada en lo suyo. Regina se sonrió. Había algo de positivo en todo aquello. Con ese nuevo trabajo había dejado de fumar. Después de tanto tiempo intentándolo. De todas formas... ¡a ver quien era el guapo que encontraba un cigarrillo en Didión, el cuarto planeta del sistema solar arcadiano!