En aquel océano de indescriptible pasividad, náufrago fui aferrado a un salvavida de esperanza de un mejor porvenir de tiempos mejores, un horizonte de infinitas posibilidades se divisaba en aquella línea lejana, donde mis ojos aún podían ver; sol y luna, días y noches casi incontables fueron mi compañía, nubarrones de pensamientos como estrellas en el cielo giraban a mi alrededor, unos tan llenos de optimismo y otros de incertidumbre como gotas de agua en el mar, cerrar los ojos era como un portal que abría un espacio a pensamientos infinitos que zumbaban en mi mente.
Me embarque rumbo al mundo en mi velero hacia tierras desconocidas, mi única compañía son mi alma, mi espíritu y mi deseo más ferviente de conocerme mi real espiritualidad. Me alejé de mi terruño cruzando mares y océanos desconocidos en la búsqueda de aires nuevos y un mejor porvenir, con un pie en mi terruño y otro dentro de la embarcación, aires de salitre y gaviotas volando a raz del mar en una danza con las olas del mar, mi mente se llenó de sensaciones extrañas y pensamientos de incertidumbre; respiraba hondo con la mirada en aquel horizonte donde se une el mar y el cielo, así recostado en aquella baranda de metal frío y desgastado con los brazos cruzado vi amaneceres, atardeceres entre variedad de colores que me ofrecía aquel lienzo y una paleta de pinturas en manos del firmamento universal.
Mi imaginación volaba, y sentía ver mis pies pisando aquella tierra húmeda y el agua desvanecerse hundiéndose en arena, donde las olas chocaban continuamente en mí; hubo momentos donde veía a mis niñas jugar y brincando tomadas de las manos chapaleando en la orilla de la playa. Pero solo era el deseo desesperado de mi alma deseosa y esperanzada en aquel espejismo idílico en el desierto de mi nueva realidad.
Brisas gélidas golpeaban mi rostro, presagiando una fuerte tormenta en aquel basto océano inquieto, oleaje golpeaba pálpito a pálpito, la coraza de acero de la embarcación haciendo estremecer y crujir aquel acerado esqueleto.
LA TORMENTA
El cielo se fue tornando más grisáceo, nubes inquietas se aglomeraban salvajemente en aquella cúpula azul, como humo aguerrido turbulento húmedo, el cielo se iluminaba con los relámpagos que arremetían contra el cielo gris, era como ver una furia indescriptible de un Dios furioso y enojado, una batalla épica que centellaba y rugía sin piedad alguna, gotas de agua gélidas fuertes azotaban la embarcación, mientras yo me aferraba al mástil, pero aquello no era suficiente para aquel sometimiento voraz. Las olas enfurecidas estrujaban y golpeaban la nave sin compasión, poco a poco el casco fue cediendo, mis pensamientos y más ferviente deseo era que todo aquello se desvaneciera y diese paso a la tranquilidad.
Torbellinos marinos se divisaban en un horizonte no muy lejano. Era como ver una gran bestia de tamaño titánico, dantesco, azotando el ocena y el cielo. Las olas se acrecentaban tan altas que la embarcación fue envuelta como si se tratara de una tela oscura salada húmeda densa y oscura. Arrastrado a las profundidades del denso océano, como pude me zafé de mi cinturón improvisado que me mantenía atado al mástil de la nave y como pude nadé a la superficie para no morir ahogado. Ya estando en la superficie del agua gélida de olas incesantes me aferré a un objeto que flotaba allí abrazado al instinto de sobrevivencia. Perdí el conocimiento y mi cuerpo y mente cedieron al cansancio feroz de aquella lucha contra la muerte aferrado a la vida.
LA PLAYA
Desperté. No sé cuanto tiempo pasó. Aún sentía mi cuerpo muy adolorido del naufragio vivido. Mis ojos estaban cansados, hinchados, aun nubladas mi mente, desubicado, mi cabeza se sentía extrañamente turbada, mi boca se sentía reseca, arena y sal escupí en aquel momento. Poco apoco mis sentidos se fueron armonizando a mi ser y a aquel extraño lugar; aun recostado de espalda sobre la arena, recobré mis fuerzas y me senté a observar y a digerir de alguna forma todo aquel lugar. La sed era eminente e imperante, mi cuerpo mostraba signos de deshidratación y aquel rugir de leones de mis entrañas por la necesidad de comer.
Sin ubicación referente al lugar donde estaba, nada conocido para mí, tuve que esperar un buen tiempo y observar el movimiento del sol y la sombra que proyectaba en la fauna y su flora de aquel lugar. Algunas plantas, palmas de coco y otras de cambures. Frente de mi el sol se adentraba a terrenos de aquella playa. A mis espaldas el ESTE, el mar o el océano y de frente el OESTE; a mi diestra en Norte y en mi otra mano el Sur. Me adentré dentro de aquella espesa selva de la playa, pero de repente tropecé y caí de bruces contra el suelo golpeándome la cabeza estrepitosamente y perdí la razón.
SOÑANDO DESPIERTO
Como un titilar frente al computador, en una página en blanco, pero con la diferencia de un sonido peculiar, tic, tic, tic, al de las máquinas de resonancia magnética, era lo más familiar que escuchaba a lo lejos. En un instante, tuve la sensación de estar en dos lugares, a la vez, aún podía sentir la arena y el sol, radiar y quemar mi piel, pero por otro lado sentía que estaba en mi habitación o una, y luchaba, por determinados momentos despertarme. Esto era demasiado inusual. Había, hace mucho tiempo, sentido esto, pero en menor escala, pero ahora, era radicalmente diferente; era como estar en dos lugares, a la vez, así como parado frente a un espejo, pero con imágenes difuminadas, entre dos realidades o y lugares diferentes, una en mi habitación, y la otra en aquella playa del todo desconocida para mí. Despertar o seguir naufragando, en la otra mitad de mi conciencia, algo espiritual un subconsciente, pesado en una balanza, indescriptible el momento de locura presente, pasado o futuro, todo unido licuado homogéneo al mismo tiempo, algo como un cuerpo dos almas dos espíritus, todo aquello enlazado, un mar de incertidumbre, un naufragio del alma, una imagen frente a un espejo quebrado en dos partes. Dentro de aquel momento de mi subconsciente al cual no podía escapar, será posible que deba escoger entre lo que creo que es un sueño, o lo que creo que es vida real?, será posible lo del botón reset, el tomar una decisión de tratar de despertar de mi sueño, dual, realista, o seguir en aquella playa de un lugar nuevo y extraño.
RAR-2021 VZLA. VLP GUARICO.