En épocas de monarcas, de princesas, de caballeros, y castillos, encontré la valiente historia del pueblo de las joyas, desde el cielo hasta las montañas donde vivian los zafiros y zafiras, se contaba una bella enseñanza, mientras el rey Ricardo a sus 65 años, revisaba los libros antiguos, en la biblioteca real del castillo del reino zafiro, pudo hallar, uno que le llamo la atención, estaba conservado hasta el último detalle, al abrirlo y leer la primera hoja pudo darse cuenta que era el diario de Alicia, una de las primeras monarcas de la familia Cristal, decía entonces el libro, memorias de Alicia Cristal.
Año 1280 D.C.
Octubre día 7
Mi nombre es Alicia Cristal, a mis 80 años, escribo la historia de mi vida, de cómo inicio el reino Zafiro, como fue una pequeña ciudad en sus humildes comienzos, la gente era buena, trabajadora, pero no conocían la prosperidad, el duro trabajo a veces era recompensado con injusticia por parte de otros pueblos, nuestra gente era generosa y entregada a las leyes de nuestro señor Jesucristo, en nuestro pueblo no habían guerreros, pues teníamos una base fundamentada en no usar la violencia como medio para llegar a la paz.
Año 1220 D.C.
Agosto día 5
Tenía 20 años, Al no haber peligro en el pueblo mis lugares preferidos eran las montañas, porque el aire puro era bueno para mis pulmones, corría y corría jugando hasta llegar al lugar donde hablaba con Dios, siempre era entregada a las oraciones de nuestro señor, clamaba siempre ayuda, porque mi padre era el líder de la comunidad, y la gente estaba desesperada, necesitada de conocimiento, de cambio, de progreso, mi padre me enseño que Dios es la base de todo progreso, y que sin el nada es posible.
Año 1220 D.C.
Agosto día 6
En una de mis aventuras nocturnas pude ver como de cierto lado de la carretera apareció un carruaje hermoso, que brillaba, sus ruedas eran tan resplandecientes que casi me segaban, a medida que andaba sus ruedas esparcían oro pero este al momento que tocaba el suelo, iba desapareciendo, los caballos era blancos , y hermosos tenían armadura de oro, galopaban al son de una canción bella que inundaba mis oídos, quien llevaba el carruaje era una sombra cubierta por una túnica negra, pero sus manos iban cubiertas por guantes de brillaban, era todo un espectáculo, pude observar que el carruaje desaparecía al subir la colina, y no lo volví a ver más ese día.
Año 1220 D.C.
Agosto día 20
Continúe realizando mis rondas nocturnas durante días, y pude observar el mismo carruaje, y siempre desaparecía en el mismo sitio, salía de la misma curva y no lo volvía a ver al terminar la montaña, siendo curiosa, decidí visitar una sabia anciana que vivía sola en la montaña, todos en el pueblo la conocían pero decían que estaba un poco pasada de imaginación, solo contaba la historia de un carruaje de oro, que era dirigido por ángeles y que esa era nuestra salvación.
Año 1220 D.C.
Agosto día 21
Llegue a la casa de la anciana, su casa ya estaba un poco deteriorada por el paso de los años, pero en fin la salude, ella a mí, le pregunte que si podría enseñarme el secreto del carruaje, le dije que lo había visto, ella me dijo dichosos tus ojos porque tu corazón es puro y noble, no guardas deseos de codicia, ni engaño, a muchos les conté la historia pero no me creyeron, debido a que su corazón estaba ya corrompido por la sed de riqueza, mira este es el secreto del carruaje sagrado de los ángeles, es un mapa, y donde desaparece es el lugar donde debes escavar, ahí en ese sitio hay una mina de piedras preciosas, rubís, con las que puedes ayudar al pueblo, pero hay una condición, siendo tu mujer, debes colocar un pañuelo encima y escavar a el otro día, pero siendo mujer la mina siempre tendrá que tener una sucesora con tus mismas características, para que siga generando riquezas, esta es una mina que se regenera siempre y cuando una mujer con tus mismas características gobierne en este sitio. Te mostrare la prueba que debes realizar y pasar a tus sucesores para que otra ocupe tu lugar, mas solo tú y el descendiente al que se le otorgue el mandato de este pueblo que se convertirá en reino en unos años podrán conocer.
Año 1220 D.C.
Agosto día 22
Seguí las indicaciones y fui al lugar donde el carruaje desapareció, coloque el pañuelo, y regrese al otro día, entonces convencí a mi padre, el me creyó porque siempre le había dicho la verdad, empezamos a excavar, y a medida que profundizábamos más encontramos una puerta de oro, al abrirla entramos a una bóveda y pudimos ver toda clase de gemas y oro, mi padre me abrazo, ya que su sueño siempre había sido ayudar a toda la gente que pudiera en el pueblo, y hacer de Zafiro un lugar mejor, decidió que debíamos mudarnos a este lugar y empezar la construcción de un nuevo reino.
AÑO 1225 D.C.
Agosto día 21
5 años bellos habían pasado, nuestro pueblo se pudo convertir en toda una ciudadela, un pequeño castillo broto del suelo con el tiempo, este se extendió hasta las nubes gracias a los esfuerzos de la gente, de nuestra civilización.
Año 1240 D.C.
El reino estaba completo, las obras celestiales son más bellas cuando las aprecias con el espíritu de Dios más no con los ojos de una vida pasajera, mis dos hijas guardaban el legado, un secreto de la familia, una con el nombre de nuestra señora María, la otra con el corazón servicial de Magdalena, fueron el fruto de mi rey, Enrique, hombre humilde que logro descifrar el secreto de mi vida, al cual con amor le di mi corazón, que prometió cuidar, proteger hasta el último día de sus días.
Contaba el año 1540, el reino se veía una vez más en una balanza continua que se movía de lado a lado, solo el tiempo, era amigo para la decisión sagaz que debía tomar el príncipe, al no tener heredera, por ser hombre solo que lloraba en sus recuerdos dolorosos a aquel ser que nuestro señor había llamado a su presencia.
El rey Ricardo continúo leyendo en sus memorias el diario de su antepasada, pasaba de una forma delicada sus hojas, encontrando la llave que abriría el cofre de esperanza para llenar de luz un nuevo día el reino zafiro, pudo hallar en una de sus hojas como el señor llamo a su presencia a Magdalena, y la convirtió en ángel, un guía para su hermana María. Guardo silencio mientras meditaba, en su silenciosa contemplación, levanto la cabeza miro al candelabro, pensó <donde encontrare la prueba>, necesito ver el secreto de la prueba, necesito elegir una alma pura de corazón noble, para que la mina comenzara a fructificar su interior, nuestra economía ahora era mala pero aun puedo abrirme paso a través de las nubes oscuras.
Una hora leyendo pasó el rey Ricardo, dio con la respuesta que calmaría toda su apasionada búsqueda interior.
Año 1260 D.C.
Febrero día 15
Tengo ahora 60 años, dijo Alicia, mi hija ahora ocupara pronto mi lugar, necesito enseñarle el secreto, Alicia llamo a su hija María, pues quería preparar todo para que el reino estuviera seguro:
Alicia: ven aquí María, es tiempo de hablar.
María: señora, estoy a tu servicio.
Alicia: te he contado antes, tantas veces la historia de cómo logramos fortalecer nuestro espíritu y al mismo tiempo nuestro reino, ahora debo enseñarte como elegir una sucesora digna en caso que la línea familiar se corte en el camino de la vida.
María: madre ¿porque debe ser una sucesora?, porque no un sucesor.
Alicia: porque fue un pacto de corazón hecho con amor, sellado con fe, esperanza al que prometí ser pura de corazón, fiel a mi palabra por el deseo de ayudar a mi pueblo, un sacrificio de voluntad que duraría para siempre, por los siglos, que al faltar al acuerdo todo hecho seria deshecho.
Por eso una sucesora, no un sucesor, porque la mujer es diferente al hombre en ciertos aspectos característicos de la vida, los hombres son de voluntad fuerte, de una fe desgarradora, destellante que las montañas más grandes no pueden detener, pero la mujer no necesita un arma para acallar la tempestad que se avecina, solo con una palabra sincera que nazca del corazón puede abrir un cielo nublado, o detener un mar asustadizo que se agita, que golpea vientos sin camino como si no hubiera un mañana.
El rey Ricardo impresionado por la sabiduría, pasó la lectura, hoja tras hoja hasta que descubrió el secreto, él más que nadie, solo él sabía que una prueba era necesaria para elegir una digna sucesora, para dirigir de una forma valiente y honrada su reino, su cansancio y preocupación se vieron bien recompensados, por el paso de la lección.
Cerro el libro, lo guardo entre sus brazos, había encontrado una solución para la situación que a su corazón hacia latir como los truenos en una noche de llanto y dolor, que el miedo antes de la batalla consume con el movimiento del crepúsculo. Salió de la biblioteca con paso firme recorría los pasillos de un enorme castillo que ante sus ojos crecía en imaginación con cada palpitar de su corazón.
Llego a la sala principal, se colocó frente a frente al líder de escuadrón, que comandaba un pequeño grupo de caballeros, que protegían el castillo, palabras claras en dictamen abierto, son pocas para expresar una gran historia, e ir directo al grano.
Rey Ricardo: apresuraos voz caballero de Dios, seguid mis indicaciones, comanda el escuadrón fuera de este castillo, dirige como portador mío estas palabras: “su reino los necesita, una princesa es primordial encontrar pronto”, caballeros en busca de luz id y encontrar una princesa, traerla, una prueba debes decir, debe conocer, antes de servir a su gente.
Caballero: cómo debo proseguir mi señor.
Rey Ricardo: con cautela y sagacidad, elegir por mérito propio a doncellas una por una dando la información necesaria, que la inspiración divina os sirva de guía, cabalgad con Dios y el camino estará despejado.
Caballero: Dios sea guía y protector para nuestro reino, rey Ricardo.
El líder fugaz como un rayo, cabalgo valiente a su misión, liderando a todos los seguidores de la promesa honrada de nuestra inspiración Alicia.
El rey Ricardo se apresuró a la cocina y pidió preparar canastos de pan, hechos de materiales finos, dulces, y únicos en el reino, pidió preparar una crema especial, una mezcla entre distintas especies que al paladar no pudiera resistir en tentar, y una bebida tan pura, deliciosa que al ser bebida desbordara el más ardiente deseo de consumirla.
Todo fue hecho y preparado como lo dijo el rey, se hicieron los preparativos, para recibir a las doncellas hechas a mano por Dios, el rey Ricardo esperaba con un poco de nerviosismo, cuál sería el resultado, esperaba hallar una sola princesa con don de mando, para gobernar con equidad el poder que se le otorgaría.
Todo caballero del reino paso por las calles, observando con su corazón a las posibles candidatas, para invitarlas, al reino, era de saber que el reino era bueno por lo tanto no se conocía la codicia, el amor fraternal entre los ciudadanos era ejemplar, unas cuantas veces contadas con los dedos de las manos, hubieron problemas pero algo insignificante que se podía calmar con palabras.
Un caballero, detuvo su corcel cerca de un pequeño establo donde había un pozo, observo a una joven de cabello castaño, de ojos azules claros como el cielo, de una estatura media, se le acerco y con todo el respeto que un hombre virtuoso puede dar habló:
Caballero: me presento ante voz, con una misión de valor, decidme pues tu nombre.
Amapola: mi nombre es Amapola, hija de Dios, seguidora de lo que es correcto, en que puedo servir a mi reino.
Caballero: el rey Ricardo te invita a voz dulce persona, a su castillo para asistir a una cena, que se te ha otorgado por ser pura y noble de corazón, con virtudes superiores frente a otras, según lo dicta mi corazón, por motivos de ser una líder ante el reino. (Se arrodillo el caballero) frente a ti te pido y suplico humilde princesa aceptes la invitación, por bien de nuestro reino, y por nuestro futuro.
Amapola: asistiré con gusto, si es para bien del reino, pero puedes explicarme por favor que es, el favor que se me pide con tanta urgencia.
Caballero: (de pie) agradezco tu aceptación, una cena a la que asistir, inteligente debes ser, con altos valores, virtudes, debes demostrar, paciente, con el fin de elegir una sucesora, una líder que guiara al pueblo, siendo mi corazón sabio conozco que no fallaras a tu respuesta.
Amapola: con gusto me acercare, tocare las puertas y me presentare a la invitación.
El caballero, se despidió monto su corcel, se alejó como una sombra que se mezcla con la oscuridad de la noche, en ese mismo instante en que el caballero desapareció, una mujer que cubría su rostro e imagen con una túnica negra se acercó a Amapola, buenas noches mi niña,
Amapola: Amapola sintió un poco de miedo, pero sabía que el reino era seguro, nuestro señor con su velo protector impedía que lo maligno estuviera cerca, dijo, hola.
Mujer: no temas he venido con consejo, y palabras sabias, he venido a explicarte como es la prueba que debes enfrentar en el castillo, no temas, solo sigue el camino que te mostrare, y una líder nata podrás ser.
Amapola: hizo una pregunta, ¿porque me enseñas este secreto?
Mujer: eres de una línea sucesora con derecho a gobernar, hija de Magdalena, princesa de Zafiro, se enamoró de un hombre, cuyo lazo no le fue permitido, huyo entonces, para que protegiera este lazo, Alicia la primera líder supo todo excepto el nacimiento de una bella heredera, un secreto que he guardado hasta este día, y tú eres de la línea sucesora de Magdalena.
Amapola: pero cómo es posible si una persona no le es permitida vivir por tantos años en esta vida terrenal.
En ese momento la mujer, se retiró la túnica y dejo ver sus cabellos blancos que brillaban con la luz de la luna, y poco a poco empezó a volverse más joven.
Anciana: soy un ángel de Dios, Amapola, y siempre hemos cuidado de Zafiro, nunca han estado solos, porque Dios protector los ha llevado en sus manos, desde el pacto hecho por Alicia.
Amapola: (se arrodillo) perdón por mi atrevimiento, ella quedo sorprendida, aceptare cualquier favor de Dios, si es para bien de mi pueblo.
Ángel: esto es lo que debes hacer, ve a la cena…
El ángel le explicó toda la noche a Amapola, que debía hacer para ser una líder frente a su pueblo, los segundos se hicieron minutos, los minutos horas, y así paso la noche, el ángel se despidió, Amapola se preparó para asistir a la cena.
Una a una empezaron un peregrinaje de belleza y esplendor, bellas doncellas con el más alto respeto eran conducidas para presentar la prueba, que decidiría cuál de ellas sería líder entre bellezas de sabiduría, y cuales respetarían con amor, sus decisiones; entre ellas estaba Amapola.
El rey Ricardo recibía en persona a cada una de las posibles princesas, y les explicaba que debían hacer, la prueba consistía en sentar a cada una de las doncellas en una mesa bella, habían siete velas que daban luz a lo que los ojos podían deleitar, en la mesa se encontraban doce cestos de pan recién salidos del horno, con un olor que empalagaba el deleite de los estómagos, en un pequeño plato una porción de crema y un vaso del líquido que acallaba la más turbulenta y desesperada sed que se pudiera conocer.
El rey Ricardo fue informado que 365 mujeres fueron invitadas tal y como él lo pidió, sentadas 7 en cada mesa, 12 canastos de pan, la crema, un vaso de líquido, y un caballero que vigilaba las acciones de las doncellas.
El rey Ricardo dijo son benditas ustedes elegidas, pues una de ustedes será princesa esta noche, mi cena es una prueba, estoy ahora cercano a Dios en mi vida, y pronto seré llamado a sus brazos, una de ustedes será sucesora de mi reino, por lo tanto empecemos este festín, pero aquellas que no pasen la prueba por favor acompaña al caballero para esperar la elección del todopoderoso en esta noche, tengo fe que hallaremos una líder nata en nuestro reino.
Todas las niñas empezaron a comer, unas comían pan, se les había explicado que debían ir para una cena, no podían ir con el estómago lleno, por lo tanto ellas no habían comido nada desde el mediodía solo para tener espacio, para disfrutar de los placeres del castillo, otras bebían pronto el líquido y no pudieron volver a repetir, otras acabaron la crema antes que el pan, era tan deliciosa, una por una fue satisfaciendo su paladar con esa exquisita y deliciosa comida, cuando acababan, acompañaban al caballero, hasta las sillas para esperar una decisión del rey, una joven se levantó y hablo:
Amapola: Por favor tráigame una bandeja
Rey Ricardo: se acercó y pregunto porque una bandeja puedes elegir de cualquiera de estos deliciosos manjares.
Amapola: conozco que se puede elegir, pero debo saber administrar mis alimentos para compartirlos con mis compañeras.
Le trajeron a Amapola, el recipiente y ella coloco 7 panes, en la bandeja, la crema, y el líquido, ella empezó a comer, mientras el rey, los caballeros observaban, la joven tomo un pan, lo paso por la crema, tomaba un poco de líquido, así uno por uno, repitió el proceso hasta que acabo.
El rey pregunto de nuevo, ¿porque has procedido a pedir una bandeja? y ¿porque has tomado esta cena de esta forma?
Amapola: un reino es estable siempre y cuando exista una buena administración de sus recursos, usted cito, 365 doncellas, a esta cena igual que el número de días del año, puso 12 canastos en cada mesa al igual que los 12 meses de año, en cada canasto pude contar 30 panes al igual que los días del mes, puso un candelabro de 7 velas en cada mesa como los días de la semana, y nos dio a comer a cada una 3 manjares distintos que simbolizan los 3 alimentos diarios que debe consumir una persona para poder gozar de salud, el caballero que nos cuida es la muerte esperando llevar temprano a quien no planea su vida. Estoy en lo correcto rey Ricardo.
Rey Ricardo: (se arrodillo) eres muy sabia joven cómo te llamas.
Amapola: mi nombre es Amapola.
Todo el mundo dejo de comer, muchas jóvenes se levantaron y observaron a amapola, sorprendidas, miraban con tanta admiración a Amapola, un silencio abrumador fue interrumpido por un aplauso el cual se escuchó con ecos, poco a poco fue seguido por otro aplauso, y otro hasta que todos aplaudían a Amapola. Fue tanta la emoción que el rey se arrodillo en lágrimas, beso la mano de Amapola, y anuncio hoy ha nacido una nueva líder entre nosotros, todos se arrodillaron frente a Amapola en forma de reverencia.
El rey Ricardo murió poco después de la cena, pero revelo un secreto que viviría por siempre en los corazones de los ciudadanos del reino Zafiro:
El destino tiene un plan para ti, elaborado por Dios,
Un camino que no conoces pero recorres, y que está escrito,
No lo puedes cambiar, pero puedes estar preparado,
Porque en el camino hay piedras pequeñas y grandes
Representan distracción, miedo, obstáculo
Muchos se detienen a observarlos
Otros se preparan y pasan por encima, por en medio o por los lados.
Las piedras siempre son acusadas de culpables
Pero son cómplices todos aquellos que se detienen a observarlas.
No importa donde estés, no importa la situación,
Pase lo que pase sigue adelante
Y nunca te detengas para que cuando mires hacia atrás
Seas un ejemplo para aquellos que están luchando por un mundo mejor.