En Madrid todos estamos huyendo de la primavera...
Nos negamos rotundamente a abandonar: las ropas negras, las botas altas, los abrigos y guantes de piel...Ese camuflaje oscuro, invernal nos hace sentir mas iguales que nunca.
Pero la cuenta es regresiva, inexorablemente el invierno terminará y el socialismo invernal se esfumará y tristemente, la democracia de la primavera hará que nos falten manos para no mostrar de nuevo nuestras desnudeces sociales.