La manada de ñus esta en movimiento trotando hacia la búsqueda de pastos frescos. La sequía ha comenzado. De pronto se detienen sobre el filo del barranco. Ahí comienza un suave canto de pendiente hasta la orilla del caudaloso río. En la pendiente hay tigres emboscados acechando.
El jefe de la manada se lanza hacia la bajada del barranco y miles de ñus lo siguen.
Entonces se escucha el golpe seco de las garras, como si se rasgara la tela de una mesa de billar, unos bramidos apagados, el rugido de los depredadores... y mas allá en la margen del gran río, los cocodrilos llevan a sus victimas en sus fauces, para ahogarlos en aguas más profundas. Ahora las espumas son rojas...
La manada se detiene de nuevo. Un nuevo jefe mira de soslayo a sus congéneres. Y ellas lo miran con ojos angustiados... y de nuevo la manada se lanza como un huracán febril, en busca de la orilla del gran río... hay que cruzarlo cueste lo que cueste, de lo contrario morirán de hambre... como siempre, la relación espacio-tiempo... algunos lo lograrán... y eso asegura la supervivencia de la especie...