En la última banca del bus se encontró un maletín con Diamantes. Asustado, pidió la parada y se bajó del bus. Caminó a su casa.
Entró y se sentó en el sofa; abrió el maletín y de verdad parecían diamantes. Pensó entonces que su vida daría un vuelco descomunal.
Al día siguiente su esposa fue asesinada en la esquina, esperando el bus; sus hijos enfermaron de angina de pecho y murieron en una semana. Él mismo tenía ya temblores en las manos y dificultad para caminar.
Se levantó... tomó el maletín y esperó el bus. Subió y dejó el maletín en la última banca, con un letrero que decía: NO LO TOQUÉ!