Identificarse Registrar

Identificarse

Cuando en nuestro planeta, La tierra, muchas personas sufrientes soportaban su dolor sin exhalar un quejido, a un vendedor estrella se le ocurrió vender ayayay.

Como el mundo, poco a poco, se volvió completamente masoquista, el comerciante se llenó de dinero vendiendo quejidos de diferentes calibres.

Un ¡ay¡ por un pinchazo en un dedo; dos ¡ay, ay¡ por un tropezón que cualquiera da en la vida, ¡ ay, ay ,ay¡ por dolores más intensos y, por las penas de amor, que lo hicieron millonario ¡Ay Dios mío¡ con suspiro y todo.

Por favor comparta este artículo:
Pin It

Bienvenido a la comunidad de escritores, poetas y artistas del mundo.

 

Aquí podrá darse a conocer, conocer a otros, leer, disfrutar, compartir, aprender, educarse, educar, soñar y vivir el mundo de fantasía que hay en todo artista.

 

¿Quién sabe? ¡A lo mejor también es uno!

Están en línea

Hay 2442 invitados y ningún miembro en línea

Concursos

Sin eventos

Eventos

Sin eventos
Volver