Ella, no recuerda exactamente como sucedieron las cosas , sólo sabe que lo conoció mirándolo.
El, simplemente le dijo en una oportunidad, muy oportuna por cierto, que le gustaba su boca… una buena señal no?
Pues... efectivamente se besaron como bebés hambrientos .Sin tener en cuenta los términos del tiempo , sencillamente sucedió.
Quizá su saliva saciaba esa sed inquebrantable que se siente cuando se desea, o ese mismo deseo se cobijó de una gran curiosidad que en lugar de matarlos los llevo a descubrir la vida misma cuando se abrazaron.
De ahí en unas cuantas ocasiones disfrutaron cada milímetro de saliva que pudieron intercambiar. Y paradójicamente, en ella, la sed crecía desmesuradamente cada vez que conocía el antídoto de tan místico veneno.
Estaba en mis entrañas¡, - decía - señalando vigorosamente su estómago y frotándolo delicadamente con las manos con que quiso acariciar aún más a su bien esperado confirmador de algunas existencias antes no conocidas.
Esas existencias a las que ahora se refiere orgullosamente, porque las pudo comprobar gracias a él.
"Palabras van palabras vienen", para ella no lo fueron.Todas y cada una de ellas iban tejiendo ilusiones que nutrieron cada poro de su deseo.
Pero carnalmente no fue un deseo concedido a cabalidad saben? Sólo que ella pudo comprobar tantas cosas de su misma existencia que antes había escondido, que descubrirse a sí misma fue lo mejor que pudo él haberle dejado.
Cosas como que, el brillo en su ojos de tanto olerlo, cuando lo habla se convierta en lágrima, y que ahora pueda referirse a él como lo más entrañable que ha vivido, le hace a uno pensar en lo emocionante que es escucharla. Así,alimenta la ilusión perdida de muchos para tomar su misma perspectiva, para disfrutarlo tanto, que no puedan evitar sonreírse cuando lo nombren aunque ya no esté el tan mencionado protagonista de la historia que vaya a ser relatada esta vez.
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