Se vuelve a pasar como todos los días. Prendí el cigarrito porque hace calor o hace frío, no importa siempre está ahí, y por ende yo también. Cerca de una escalera cayó una manzana, ¡oh no, me acabo de dar cuenta que ayer volví a pensar en ti!
Podría pensar que la manzana y yo fuimos una casualidad, como el día de ayer y el de hoy, cuando el sol me dijo adiós y la luna volvió a llorar, te recuerdo y me di cuanta que ayer ya no es hoy.
Cuando pude haber creído que lo tuyo y lo mío funcionaría, recordé que dejé mis cigarros ahí en tu cuarto en ese rinconcito. Ya no estás conmigo.