Su imagen me acompaña a todas horas. Es mi amante perenne. Pienso en ella y creo que la amo, estoy convencido de mis sentimientos. Estaba conmigo las 24 horas hasta el día de hoy cuando decidí terminar lo nuestro.
Rompí y tiré a la caneca de la basura todas sus fotografías, los poemas y canciones, esas que algún día le dedique con todo mi amor; lloré pensando en el inmenso vacío de mi vida sin ella y por último quemé con rabia todas sus películas.
Después juré de una vez y para siempre no volver a enamorarme de una famosa estrella de cine.
Edgar Tarazona Ángel