Una flor en el desierto de mis fracasos y mis logros. Esta flor que despunta sus colores al alba, y da aliento al agobiado. Con espinas me hace caer en cuenta de mis errores. Y en sus petalos me cubre en momentos de angustia. La flor que crece en medio del sufrimiento, pero es la fortaleza que brinda una cristalina amistad. La flor que soporta el olvido y la distancia, y ante la tormenta de los problemas y sofocador sol de los mal entendidos, se mantiene firme, intacta y con ansias de seguir adelante. En este desierto en el que los oasis son tan escasos, la flor de la amistad da refrigerio al sediento y sustento al cansado. Una flor única y hermosa que no debe marchitarse ante los errores, y tiene que sobrevivir ante el tiempo y la distancia. Y espera la refrescante lluvia para tomarla en sus brazos y diciéndole cuanto la había anhelado. El dulce agua correrá por sus hojas, y dándole el sustento que tanto necesitaba, Esta amistad se hará mas fuerte y radiante, y nada podrá arrancarla de nuestro corazón y recuerdos donde ha sido plantada.
