La muerte era sensible y dura,pues era la muerte del Padre,como en el caso de la madre,padre tambien hay solo uno,el llanto de la hija,era incontenible y sostenido,las lagrimas desembocaban como un torrente creciente,que comenzo a innundar todo el vecindario..en un arrebato de rabia,ella habia roto el vidrio del ataud, con un golpe estrepitoso..entre los pesames y abrazos de familires y amigos del difunto,la hija,a quien apodaban guante de cacher, decia,y ahora quien sostendra la casa,y nuestros gustos finos?...hemos disfrutado de una vida bonachona,durante mas de 30 años.Con el sueldo de mi marido,viviriamos en el cinturon de miseria del Suroccidente!!