Lunes 19 de Abril
7:10 am
Querida brujita:
Acabo de llegar al colegio y por esa bendita costumbre que últimamente he tomado, ESTOY PENSANDO EN TI! Y no soporte las ganas de escribirte algo que te llegue al corazón, algo que te haga entender de una vez y para siempre que te amo! Por eso creo que esto es como una especie de confesión en la que quiero demostrarte que en realidad estoy sintiendo algo diferente por ti en mi corazón.
Sencillamente no estoy acostumbrado a poner en juego mi corazón, pero tú me los has robado del todo a través de tus pequeños grandes detalles que te hacen tan única y a la vez la más amada: Tu sonrisa, tus rosadas mejillas, tu cabello dorado como el sol, tu piel, tu agradable forma de hablar, tus temores, todo, absolutamente toda tú apareces ante mis ojos como la figura de la princesa más linda salida de algún cuento de hadas…
Sí! Esa es la Aras que me gusta, la misma que amé desde el momento mismo en que la conocí, la dulce niña que cierto día me tropecé en el camino sin saber que iba a ser la culpable de tantos sueños interminables, la misma que estoy amando por su sencilla forma de ser, aunque en ocasiones me desconcierta porque pareciera sucumbir ante la duda; la misma Aras que día a día se está convirtiendo en mi principal disculpa para vivir… Definitivamente el amor nos llega cuando menos lo esperamos y su delicioso aroma hace que sucumbamos ante sus secretos!
Yo no sé si me quieres o no, pero en lo que alcanzo a percibir de ti descubro a una mujer sincera que no quiere apresurarse y eso está bien, porque tú no puedes obligar a tu corazón a sentir lo que no le nace. El sentimiento hacia alguien es espontáneo, sincero y profundo. Todo aquello que no sea así, está lejos de parecerse al sentimiento, pero me gusta que tú has sabido manejar tus sentimientos…
Yo desafortunadamente, no puedo hacer eso, es decir, cuando me llega el amor el corazón se vuelve más fuerte que la razón y no hay nadie ni nada que lo controle. Esa es la verdad: que somos tan diferentes que parecemos iguales: Tú queriendo ocultar lo que sientes y yo muriéndome por saber en realidad que es lo que sientes por mi; tú queriendo dominar los sentimientos y yo perdiendo la razón. En últimas, todo hace parte de esta guerra que apenas comienza, una guerra en la que cada uno debe mostrar sus mejores armas sin importar el peligro porque “DE HECHO” esta es la única guerra en la que estoy seguro de perder el corazón, pero en la que pienso quedarme con el tuyo. Juntos vamos a ganar siempre y cuando estés dispuesta a luchar como una amazona del Olimpo armada de ternura y uno que otro arrebato de locura, sin temor, con gallardía, como quien aspira a descubrir que cada beso es un sueño y cada sueño mi ilusión; sin esperar lo malo sino aspirando siempre a lo bueno, al AMOR que es para lo que te he conocido y para lo que han sido creados tus ojos, tu sonrisa y tu corazón. Esta no es solo mi confesión; este es mi credo, mi futuro y mi pasado, una verdad que no temo afirmar porque estoy seguro de tus ojos y cuando los veo siento que no debo ni puedo ocultar nada ya que si lo hiciera estaría recortando al AMOR y cerrando los ojos a la felicidad. Tú destino es el mío y al amarte vuelvo a nacer…
Por último, perdóname al ser tan franco, tan precipitado si así se quiere, pero tenía que decir algo que se volvió tan inocultable y que al confesarlo puede ser mi salvación o puede ser usado en mi contra…
Tuyo, siempre…
Leugim