Decirte que no sientas desilusión es como decirle al viento que no sople. Esa, tu caída, era inevitable pues se debe pasar por el dolor para obtener la experiencia; tal y como para enamorarse hay que conocer la decepción. El niño que aprende a caminar, primero aprenderá a caerse.
Como en las artes marciales: “Conoce tu campo, conoce a tu rival y conoce a ti mismo. Ahora ya te conoces y sabes los huecos que no debes pisar. La próxima vez no fallarás.
Porque así como el tigre falla antes de sorprender al cervatillo, así tú te caerás antes de llegar a la montaña. Y recuerda también a este felino, que retrocede sólo para impulsarse y atacar con más fuerza.