Cumplí estrictamente el confinamiento, me lavaba 12 veces al día las manos;enjuagaba los alimentos muy bien antes de cocinarlos; no me quite jamás la máscara; ni para ir al baño,usaba guantes todos los días en la casa;hacia gárgaras de sal con limón antes de acostarme;era un ermitaño moderno apartado del mundo, mi distanciamiento social era profundo.Aveces escuchaba las trágicas noticias del crecimiento de los infectados y del aumento del número de muertes por COVIS 19.En la terrible soledad de la noche;el cáncer hizo metástasis .Vi los cadáveres arrojados a las zanjas ;el calor de los hornos crematorios;sentí el último suspiro de los que desconectan de los respiradores mecánicos; la angustia de los llevan en ambulancias para el paseo de la muerte;la impotencia de los que que son aislados por la fuerza en clínicas y hospitales cuando tienen sólo síntomas de gripe.La garrotera de la Policía contra infractores del confinamiento que jugaban dominó en la esquina.Rostros llorando arrastrados por la fuerza,por no cumplir el pico y placa.En la noche camiones oficiales se roban las ayudas de la población vulnerable.
Hay angeles volando allá arriba; yo apenas levito sobre el fuego de tanta miasma acumulada; y voy ascendiendo.