Es justo y necesario.
Un respiro, una caricia fresca.
Un ente recordatorio de que se está vivo.
Si lo hago nada pierdo.
Ni me vengan con que no es desente.
El amante vino a buscarme y es imposible hacerme la que no estoy o nada siento.
Voy a arrojarme en sus brazos que parecen más fuertes que los que deben abrazarme.
Me undire en su pecho a cual reconfortante nuevo nido.
Gozaré de la extraña sensación en ausencia de las obligaciones.
Guardaré las formas para que dure.
Sentiré su cansancio placentero, más cuando termine,
Despertaré y le daré un beso en la frente a mi amor verdadero.
Porque no soy valiente.
Porque me prefiero soñando.
Porque no hace falta ser hiriente,
Si un día vinieran a buscarme; nada ni nadie me detiene, solo bastará un instante para avisarle;
Nunca más me esperes, me voy a probar hasta cuándo el cuerpo quiera, lo que quiso hasta no hace mucho con tigo.