Muchas personas se alegran cuando fallece un familiar adinerado pensando en la parte que le corresponde, pero no siempre una herencia es alegría y riquezas, hay herencias que nadie quisiera y, si se pudiera, se las regalarían a sus enemigos, a continuación, hablaré un rato sobre estos legados.
En todo el mundo existe la costumbre de heredar bienes materiales a los familiares del difunto. En nuestros países de herencia española recibimos una carga cultural y religiosa de esos conquistadores, que no eran de lo mejorcito de la península. En el presente muchas personas se hacen ilusiones con lo que deja el finado en dinero, propiedades y otros valores.
En Colombia los herederos directos son los que están en primera línea de consanguinidad y/o parentesco: la esposa, los hijos, los hermanos, si no hay testamento escrito. En este caso los que se creen con derechos sobre la herencia si se ponen de acuerdo van a una notaría y listo, muy fácil, pero casi nunca sucede porque hay siempre alguno que quiere una tajada más grande que los otros, y el asunto requiere un juicio de sucesión se puede alargar por años y los mayores beneficiados son los abogados.
Esto con relación a lo material, pero existe la herencia genética y esta sí que no requiere de pleitos, jueces, abogados, como su nombre lo indica viene con el paquete o material genético de nuestros padres y ancestros. Por fortuna nuestra familia no heredó material genético defectuoso. Abundan los seres con cáncer, diabetes, malformaciones y otras enfermedades que no quisieran tener, pero que les correspondió ser poseedores de ellas porque las heredaron de sus ancestros. Dichosos los que no tuvimos antepasados que nos heredaran estas desgracias… aunque no dejaran dinero ni propiedades, así estoy muy bien. Gracias familia por mi herencia genética.
Edgar Tarazona Angel
