Las palabras y todo aquello que voy describiendo como lugares, pensamientos, sentimientos son la huellas que irán quedando como recuerdos y memorias que a futuro se irán conociendo cuando deje este plano existencial de mi paso por este mundo. Como en la historia, las escrituras de los antepasados, las pinturas y toda forma de expresión, fue una forma de dejar su firma personal, bien sea en papiros, pinturas en las paredes, que contaban la historia del día a día, que hasta estos días se siguen descubriendo y conociendo; para mí, lo que escribo es mi forma de dejar huella y no quedar en la página del olvido, este será mi legado para la humanidad.
¿Quién fui? Una persona que atreves del internet y libros paso por este mundo y desde su perspectiva los hombres en general deben ser recordados por sus obras, manifiesto, u otras formas de expresión y ser recordados en la historia. Cuantos seres humanos han pasado por este mundo y solo son un número, una cédula, una estadística, un alguien o un nada, con una historia jamás contada, enterrados con tres o más metros de tierra sobre ellos.
El mundo ha girado un día más, y cada segundo cuenta, y el cursor titila y los minutos pasan, y la vida también, el presente es ahora. ¿Qué habría sido de este mundo si nadie se hubiese preocupado por escribir un diario, un registro? ¿Solo sería un mundo sin historia sin recuerdo sin nada?
Mientras las palabras fluyan del alma y describan lo que siente el corazón, el legado será inmortal, una palabra, un verbo, puede cambiar al mundo. Las palabras son la vía para liberar el pensamiento, las palabras son como una fuente de agua viva. Esta llama sigue encendida en mis pensamientos y es la tinta, el papel que la inmortaliza.
En el devenir de este día, me senté debajo del árbol de mandarino del pequeño patio de mi casa y el sol se filtraba por sus hojas, ellas hacían sombras a mi mano mientras escribía en un viejo diario deteriorado por los años, sus hojas medias amarillas recogían aquellos pensamientos que surgían de mi mente, y me vi como aquella liviana brizna que arrastra el viento de la vida sin saber a dónde ira, en la analogía de la historia. ¿Seré yo aquel hombre que pasaría a las páginas del olvido? Una estúpida lapida con un nombre una fecha y unas borrosas letras en pintura de aceite. Hasta allí seria toda mi existencia; de cierto es que mientras me sigan recordando en una foto una imagen y mis escritos se sigan leyendo y publicando, no feneceré y mi obra no será en vano ni caerá en el olvido.
A lo largo de la historia cientos de personajes son recordados, miles de años han pasado y sus obras fueron recogidas en granito y papiros siendo inmortalizados sempiternamente. Todos tenemos una historia que contar y ese es nuestro legado para las futuras generaciones. Ya de por sí mi vida es parte de una gran historia que se va pintando y tejiendo en lienzo del gran universo.
R.A.R. 2021