Hoy no es como ayer y como todos los días, bueno la verdad no sé, en este camino no puedo ver a nadie mas, mi corazón se hace como una bolsa de papas, se arruga y hace ruidos raros, me duele, y se ha colmado de paciencia mi sabiduría para esperarte y decirte que en el fondo ardo en llamas cuando veo el cielo lleno de estrellas y tu no estàs ahí conmigo para tocarlas.
Como si algo maligno se interpusiera y se burlara mientras me ve dando la vuelta y cobardemente no he tocado a tu puerta por miedo de no saber decirte como estuvo mi día.
Y aunque siento que hoy no puedo dormir por pensar que ya más de una vez pensé que necesito tu mano tocando mi rostro y de repente me río de mi mismo, por la ilusión tan dulce y dolorosamente que me hace una cicatriz más.
En verdad no puedo decirte cuanto te quiero, sería como darme una bofetada a mi mismo y seguir riendo hasta no poder fingir más la lágrima que dice: te necesito hasta que el último día de mi vida se extinga.