No te necesito (cual epifanía se me presenta el pensamiento y me enorgullece tanto pensarlo que comienzo a escribir al respecto).
Que te quepa saber que no tenés lugar en mi lista de personas de las que sí dependo (mmm…suena un poco ridículo, suena bastante a mi)
¡Sí! ¡Sí! dependo de ciertas almas, ¿y qué?…no me avergüenza decir que hay luces que por una u otra razón sí son una necesidad para mí.
La tuya no (aunque lo haya querido…aunque lo haya creído…todos nos equivocamos y vos fuiste un error) (no, perdón, tampoco da ser tan duro…solo fuiste una circunstancia que no funcionó…porque vos no quisiste, vale aclarar. Si por mi hubiera sido, quizás…ay, ni viene al caso).
El punto es que ahora sé que no te necesito. Y me hace bien decirlo, me hace bien repetir que no te necesito, porque no te necesito. Y me agrada que tu existencia cada vez se convierta más en nube y menos en tierra, admito que eso me hace bien. Porque torna en chiste las lágrimas que te lloré, y deja de lado tanto drama que al fin y al cabo no es más que una escena patética de un tipo patético precipitando desde sus ojos lágrimas patéticas por alguien a quien no necesita (obvio que el tipo patético se dio cuenta de eso hace 5 minutos cuando comenzó a escribir esto) (si, el tipo patético soy yo…ya sé que no viene al caso explicarlo, pero me hace bien pensar que necesitas la explicación, te hace parecer medio boludo y me hace necesitarte aún menos)
No te necesito y me propongo aquí y ahora no extrañarte ni melancoliquearte más. Porque es ridículo que solo uno sienta, me hace sentir un pelotudo. Y también necesito que vos te sientas un poco pelotudo y sé que no pasa, y no es justo, y porque vos no pones de tu parte para equilibrar la balanza, mejor yo saco de la mía y el peso del aire vuelve a ser lo único que la mueva (no vayas a soplar que la idea es equilibrar la cuestión…yo prometo no soltar ni un suspiro…desde ahora).
En fin, me alegra escribirte y me apena que no vayas a leerme nunca, pero eso no le quita el leve tinte de placer a todo esto. Te juro que me dan ganas de sacar alguna de las cañitas voladoras que quedaron de la navidad y prenderla y que explote insignificante en el cielo. ¡Que ese ¡pum! pedorro les anuncie a todos que este pelotudo se dio cuenta de que no te necesita! ¡Ah! nada más que eso necesito.