Hay sueños que simplemente llegan para agravar el vacío.
Sueños que con espejismos nos hacen creer que finalmente alcanzamos aquello que tanto anhelamos…para perderlo tan fugazmente con un abrir de ojos.
Anhelarlo y soñarlo…soñarlo y tenerlo…tenerlo y despertar…despertar y perderlo.
Devastador.
Sueños que en tanto duran son una caricia al alma, llamas voraces para el espíritu…pero que en tanto despertamos se convierten en nostalgia pura, en un frío que pesa y nos hace notar más que nunca la ausencia de aquello que aun buscamos.
Y sin embargo, oh cuanto daría por volver a soñar esos sueños, volver a estar entre tus brazos, sentir tu calor, besar tus labios…y no despertar jamás.