En un momento del mundo en que los animales merecen más atención que los humanos, o eso parece, las expresiones de amor, cariño, ternura, solidaridad y demás abundan y parece que no hay límite para atender a nuestros hermanos animales, con todos los comedimientos. Pero ese no es el tema; el asunto es que por todas partes se escucha y se ve la manera en que se refieren a esos seres de la naturaleza:
· Tan linda la zarigüeya
· Divino el marranito
· Preciosa la tortuguita
No sé si tengo muy mala la visión o mis parámetros de belleza son muy diferentes de los que tienen en la mente la gran mayoría de seres humanos. Para mí son hermosos los felinos y entre ellos el tigre de bengala y el gato. Los caballos, algunas razas de perros y algunos otros mamíferos, la mayoría de aves, muchas clases de peces y se me escapan otras familias zoológicas.
Miro con detenimiento una tortuga y veo una cara fea llena de arrugas y un rostro inexpresivo que no tiene nada de bonito. El elefante es un orejón de ojos chiquitos y una trompa sin gracia; la zarigüeya no me digan que es bonita porque no lo puedo creer; lo mismo digo de los vampiros, murciélagos, camaleones, chulos, hienas y otros cientos de animalitos que causan emociones de amor. Por qué no se habla de la belleza de algunos anfibios, de las serpientes, los peces de colores, etc.
Pertenezco a una familia que ama a los animales y, sin embargo son carnívoros; aman la vaca pero la devoran en unos asados de fantasía. Son solidarios para protestar contra el maltrato animal pero no tienen en cuenta el sufrimiento de los que sacrifican en los mataderos… sean pollos, vacas, cerdos u otros bichos. Tengo amistades que piden condenas contra los que maltratan animales pero en su casa tienen aves canoras en jaulas o, en el peor de los casos, un mico eternamente amarrado a un poste que chilla todo el día queriendo su libertad. Odian a los que ofenden los perritos pero maltratan a sus hijos… que contradicción tan hijuemadre. En la cúspide de la escala zoológica estamos los humanos y, por sobre todas las cosas, aunque me digan lo contrario, merecemos el mayor respeto y cuidado. Antes de gritar y vociferar por los animalitos piensen en los niños maltratados y abandonados y, por supuesto, los ancianos que deambulan por las calles de las ciudades sin que nadie mueva un dedo por ellos.
Que vivan los animales tan lindos, cuidémoslos y no dejemos a nuestros congéneres por debajo de ellos. Y no son lindos porque inspiren cariño, los feos son feos y punto. Decía mi madre “El que a feo quiere bonito le parece”