Por favor no nos dejemos vencer en ningún entonces, en ninguna vez, en ninguno de esos mitos que no conoceremos o en el “tal vez” de las leyendas que nos sabemos al derecho. Es más fácil cuando estás ahí. Para reconocer las señales que nos guían te necesito amigo, para que me digas cuántas veces voy a caminar con las rodillas raspadas si tú sigues de pie. Porque se vale no saber cómo, pero cuando existe aquel para qué, podemos obviar cualquier "excusa".
Porque tenemos 103 razones escritas en la última hoja de un cuaderno de secundaria, porque hemos vigilado en cuarenta noches alguna pizca de soledad y aprendido a tocar el timbre de la puerta de nuestro vecino. Porque mientras pasa el domingo más aburrido, llegas tú. Porque es necesario saber que sin importar donde estés aún mi hombro estará vestido de pañuelo.
