Hay un poco de “somos” que atesoro y guardo como la joya más preciada.
Hay bastante de “fuimos” que es pura nostalgia por los hoy que amanecen de otro modo.
Hay mucho de “seríamos” que resulta un flagelo porque es un “no somos”, que cual constante latido resuena en mi corazón, que al igual que sangre bombea veneno en tanto sigamos sin ser.
Hay tanto de “sos” y de “soy”, individuales, separados, irreconciliables el uno con el otro, que ese somos atesorado, ese fuimos nostálgico, y ese seríamos deseado se van desvaneciendo poco a poco, con cada latido que deja de bombear veneno y vuelve a bombear vulgar sangre…de esa que no se afecta por los somos que no son y los no somos que deberían ser.