Escucho tan a menudo quejas y reclamos insignificantes, llego a casa, respiro profundo y suplico que puedan discernir lo realmente importante.
Soy más osca de lo que la gente desea, soy sincera.
Escucho palabras y gestos, cuando los ojos piden gritando que aplaudan sus exacerbada críticas.
Y me preguntan sobre nimiedades, y se ofuscas si no los festejan; niña grande o niña pequeña?
Viven en estado pauperrimo de amor propio, se autoregalan condescendencia y crédulos de sus patrañas derramadas, son espuma que desaparece
Te escucho con la asiduidad y atención que merecen tus fábulas, ojalá despiertes. Cuando siembras duda, tu cosecha es aún más insegura
Ya lo ves, propugnado un mar de críticas, te haces acreedor de lo mismo; porque en definitiva, hablas más de ti misma.
Llamaré al silencio que es sano y todo lo cura...
Calla tu ego, calla tu pobreza; que si me pides de nuevo será la única que estaré para aguantar tu falta de entereza.