Yo siempre a tu lado (La tarde)
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Imagínate una tarde bonita entre nubes mágicamente desechas, ya con el sol encendido, ya con el horizonte pintándose de rojos y violetas matando lo que queda de cielo azul, y justo ahí te pienso yo, aquí mismo estoy; si hoy supiera que al acostarte se te escapa una sonrisa pensando en mí, yo haría que mis tardes también fueran tuyas para sentir que desde lejos crees mirar algo nuestro en el cielo, colores maravillosos anocheciendo, media luna sentada sobre mí. Justo en mi tarde yo vuelvo a sonreír porque todo eres tú, y en susurro digo “te quiero”; si supiera que te aferras al último abrazo antes de marchar no me importaría enfrentarme a fantasmas y demonios para atravesar todos los mundos llegando al mundo de tus sueños, para poder abrazarte un poco más, ser el hombre más dichoso porque mi corazón es el sueño, porque yo soy ese sueño.
Imagínate entonces escuchar mi voz cuando cierres los ojos y empieces a dormir, diciendo que Angie es una sola mirada llena de ilusiones, que luego salen de las palabras, que luego viajan hacia mí dibujando la tarde, pintando todo como según ella piensa, luego de que yo me fuera y comenzara a extrañarme, luego en mi ventana por donde entra la brisa, llegando a tropezarse con muchos recuerdos en una parte del corazón, en mi mente; y estoy triste porque sé que aunque me quieres no puedes estar aquí sentada a mi lado para luego besarme, luego haciendo algo inocente.
(…)
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