En la parte trasera de la tienda de artículos exóticos, Rhwima comprobaba con estupor cómo Silvia desaparecía ante sus ojos. La princesa Radjha no se inmutó. Para ella, el tránsito suponía el paso físico de un mundo al mundo dual y que Silvia se fuera, era lo normal.
—Algo va mal, princesa.
—¿Qué es?
—El tiempo ha sido restituido en Mendh-Yetah.
Radjha permaneció pensativa.
—¿Qué pretendía exactamente de mi doble?
—Tiene que traer a Rhunwer hasta aquí. Es la única que puede dejar de nuevo las cosas en su sitio. Esperemos que todo vaya como es debido, por el bien de Mendh-Yetah... y por el nuestro.