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Uno Todos estábamos callados. La tarde daba paso a la noche con una lentitud perezosa y parecía que los temas se habían agotado. El último tenía relación con nuestro amigo "Cirrosis", de quien las noticias más recientes eran inciertas y preocupantes. Por aquellos años el hombre era muy buena persona. Todavía no se le había metido el demonio entre el cuerpo -dijo "Medio litro" a los que quisieron escucharlo, mientras sus ojos opacos se perdían en la semi penumbra de la tienda- si, excelente tipo como amigo, compadre o lo que fuera. Yo, que fui uno de sus amigos más cercanos, recordé sus charlas cuando abrí uno de los...

Ir a: Cartas a una amante (17) Cuenta conmigo en tus apuros Mi amor: Conozco tus graves aprietos económicos, sé que son más serios de lo que tú escasamente cuentas. Tu mamá no ha podido ocultármelos más tiempo. Sé que son tres los arriendos que debes; que Alfredo dejó de cumplir sus obligaciones con los niños; que el colegio los expulsará si no pagan la pensión que viene y que en la tienda ya no...

Ir a: Fe, corazón y alegría (14) Epílogo Pasaron los años, Carlitos y su pincel fueron uno solo. Creció, se hizo hombre, como tal, conoció el amor, encontró a la mujer de sus sueños y se casó. Tuvo dos hijos, estudió incansablemente para ser mejor cada día. Vivió plenamente y aunque a lo largo de su vida enfrentó duras crisis y sufrió situaciones tristes nunca olvidó dar las gracias...

Ir a: Fe, corazón y alegría (13) Nunca dejes de soñar El estudio de Carlitos fue trasladado al segundo piso de la cabaña. Las obras enmarcadas del abuelo decoraban las paredes. En el librero, los textos de aventuras se asomaban llenos de historias fantásticas. El primer piso de la casita se transformó en galería, casi siempre tenía las paredes vacías. Los cuadros se vendían tan pronto eran terminados. De todas...

Ir a: Fe, corazón y alegría (12) Y la prosperidad entró por la puerta Se compraron cinco vacas,  Miguel, junto con otros empleados de la hacienda construyeron los establos. Al principio fue un poco difícil acomodar los productos en los expendios, la gente, en ocasiones, desconfía de lo nuevo, pero la calidad se impuso, y finalmente se logró el objetivo. Alma, agregó a la lista pan de nata, pastel de chocolate y galletas de queso...

Ir a: Mitigando con recuerdos las tristezas (Entrega 83 "Seguiré viviendo")Tengo el presentimiento de un final cercano. En sólo tres noches volverá la luna llena enfrente a mi ventana, pero mis ojos que siempre se perdieron buscando un efecto hipnótico en su silueta plena, probablemente ya no estarán para admirarla. Otro sueño los habrá vencido. Mi conciencia viene y va, me lleva de la realidad a las tinieblas, y de las tinieblas a una deliciosa somnolencia. Allí se confunden los recuerdos...

Ir a: Cartas a una amante (16) Para ti, mi primer poema Amor mío: El dolor y el amor son un surtidor inagotable de palabras, un manantial en el que abrevan los poetas y todos lo que escriben. Yo, que resurjo de la tristeza con las tímidas caricias de un amor que nace, siento pletórico mi pecho de una inclinación lírica que apenas conocía. Siento bajo el influjo del amor almíbar en mi boca y palabras que brotan en mágicos...

Ir a: Me rehúso a volver ("Seguiré viviendo" entrega 82)Eleonora por reflejo se salía del cuarto cuando entraba personal asistencial a realizarle a su padre algún procedimiento. Prefería hacerlo por su propia iniciativa, mucho antes de que la invitaran a aguardar afuera. Lo hacían cuando lo bañaban, cuando le hacían la cama o lo mudaban de pijama, cuando le cambiaban la sonda, cuando lo trasfundían y en los momentos críticos ocasionados por el vómito, el dolor y la hemorragia.Aquella vez...

Ir a: Fe, corazón y alegría (11) La moneda está en el aire A partir de ese día, Miguel, Carlitos y Bruno se volvieron inseparables. Entre padre e hijo dejaron la cabaña como un auténtico estudio de pintor. Miguel estaba decido a apoyar a su hijo en su incipiente pasión por el arte. Terminaron al atardecer, miraron con orgullo el resultado de sus esfuerzos, Miguel le había comprado un caballete, más pinturas, bastidores...

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