Conservemos el alma niña aunque seamos personas mayores.
Jesús dijo: ‘‘Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de ellos será el reino de los cielos’’
Recordemos a Marcelino Pan y Vino aquel niño que le daba de comer a Jesús crucificado el pan y le daba de tomar el vino para que no pasará hambre. Marcelino es amigo de Jesús con sencillez y sin miedo.
Los adultos nos complicamos la vida por eso se nos hace difícil ser amigos de Cristo, que es un amigo de verdad.
Comienza la cuaresma, tiempo de penitencia y renovación interior. La cuaresma es un tiempo de cambio, un tiempo de esperanza; luchemos contra el pesimismo, si nos acercamos a Jesús todo tiene remedio, arrepintámonos de nuestras faltas haciendo una buena confesión y luego recibámoslo en la sagrada comunión.
La verdadera conversión se manifiesta en la conducta y en los deseos de mejorar, se han de expresar en nuestro trabajo o estudio, en el comportamiento con la familia, en las pequeñas mortificaciones ofrecidas al Señor que hacen más grata la convivencia a nuestro alrededor y más eficaz el trabajo.
Unámonos a la sagrada familia Jesús, José y María seamos dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo así estaremos preparados para el domingo de resurrección.
‘‘Humanicemos lo divino
y divinicemos lo humano’’
Delia Dousdebés Veintimilla.
12/03/2019