Generalmente, la gente va a cine en busca de un espacio para disfrutar de un par de horas agradables frente a una inmensa pantalla que suele embelesarlos.
Sin embargo, en algunos casos la experiencia va más allá de lo sensorial y se complementa con un conocimiento adicional o, incluso, con una valiosa reflexión sobre el mundo en el que vivimos.
Esto es lo que sucede con el cortometraje animado colombiano ‘En agosto’, dirigido por Andrés Barrientos y Carlos Andrés Reyes, quienes nos hacen pensar en cómo podría ser el fin del mundo y qué se vería en el futuro de Bogotá.
Y nuestra capital es precisamente el escenario en el que Verónica, una joven indígena habitante de la ciudad dentro de 100 años, siente que una antigua profecía sentenciada por el dios chibcha Nemqueteba, en la cual anuncia que el mundo se acabará en medio de agua y fuego, está a punto de cumplirse, por lo que lleva a cabo un ritual ancestral en el cual bebe una infusión, al parecer un veneno.
Además, cuenta la historia de Pedro, un anciano viudo residente actual de Bogotá, quien recuerda a las predicciones acertadas de su difunta esposa Isabel mientras toma café. Una de las que rememora, según él, nunca se cumplió y sucedería un 15 de agosto a las 6 y 17 de la tarde, momento en el que fallece por un farol que cae sobre su ventana y lo aplasta. Justo en ese momento empieza a llover.
Esta narración es la que permite hacer una reflexión sobre lo que podría suceder, pero no estaría completa sin los elementos que permiten al corto destacarse también en lo artístico.
Y son precisamente los dibujos son los elementos que llaman la atención, pues es evidente que están elaborados con base en una exhaustiva investigación de la realidad, reflejada, por ejemplo, en la casa de Pedro o en el bus urbano que acompaña esa escena, y en la creativa construcción del futuro, visible en el ‘Renault 4-lancha’ o en el Transmilenio montado sobre una especie de monorriel, todo complementado con la paleta de colores adecuadas para darle una sensación de realidad.
En resumen, ‘En agosto’ lleva al espectador a una experiencia que inunda sus sentidos, pero sin parar allí, sino trascendiendo el plano sensorial del embelesamiento por imágenes cautivantes al hacerlo pensar sobre el futuro de Bogotá e inclusive del mundo.