Se habla de bueno o malo, de bonito o feo, de más o menos artístico, de más o menos sabroso y otras parejas que no admiten un juicio objetivo. Todas estas valoraciones dependen de la cultura en que se dan, del nivel intelectual de las personas, de la religión y, aun, de la raza. Hace muchos años en Miss Universo tuvieron una gran sorpresa cuando las candidatas enviadas por los países africanos eran, sin excepción, pasaditas de kilos, con sus adornos rituales, el maquillaje de la etnia a la que pertenecían y en nada parecidas a los estereotipos que nos presentan cada año en el certamen. Fue tanta la sorpresa que debieron permitir su participación ese año y las eliminaron sin misericordia en la primera vuelta, desde entonces viene el famoso 90-60-90 y la belleza impuesta por Max Factor y las otras marcas que patrocinan el certamen.
¿Qué es bonito? Para mí lo que impone una cultura. Lo que ocurre es que USA maneja como el 90% de la información que circula en el planeta tierra y por supuesto, puede imponer sus parámetros de lo que sea, así que la lindura debe ser made in USA, o parecérsele, para tener un mínimo de probabilidades en los certámenes; por supuesto que no es solo la parte física de las participantes, es la moda porque si las señoritas no van vestidas por un modisto o modista de fama internacional de una vez pueden considerarse fuera de las diez finalistas. A mí me dan risa estos concursos donde se dan unas respuestas de lo más curiosas, por no decir ridículas o simplonas. Todo el mundo, y aquí si cabe decir todo el mundo, vive estos certámenes como si fuera cierto que la mujer que gana es la más linda del universo, óigase bien, no del mundo que para eso hay otro concurso, sino de todas las galaxias.
¿Qué es arte? Todas las escuelas y corrientes filosóficas que por el mundo han pasado tienen su propio concepto y definición de belleza por cuanto no quiero meterme en camisa de once varas. Pero si me atrevo a decirle a las personas que arte no es lo que les gusta y lo contrario no lo es; lo digo porque por la calle se escucha hablar de tal o cual cantante o actor y afirmar que ese si es un artista como si existieran reglas para afirmar que Miguel Angel es más artista que Da Vinci o Beethoven mejor músico que Mozart. La vida me enseñó que el arte no es democrático, por fortuna, porque sometidas a votación la gorda Marbel y la mezzo soprano Martha Senn, orgullo lírico de Colombia, por descontado gana la gordita por amplio margen de votos, además que los amantes de la música clásica poco se meten en internet. Por eso se venden como pan caliente las replicas de paisajes que sólo son bonitos sin ninguna pretensión y no se venden replicas de grandes maestros porque son feas… jajaja
Y para terminar quiero referirme a lo bueno y lo malo que, también tienen su espacio en la filosofía y por tanto no me meto en honduras; únicamente lo comento sin entrar en discusiones. Para nosotros, los del mundo occidental en general (y, ¿quien dijo que éramos el mundo occidental si el mundo es redondo?) comer carne de cerdo es bueno, además deliciosa pero, ¡quien convence a un musulmán, un judío o a algunos del extremo oriente de eso? Y a nosotros ¿quién nos hace creer que la carne de perro es comestible?, pues en Corea y otros países la consumen sin asco, igual que nuestros vecinos del sur del continente comen caballo al cual nosotros le hacemos el asco. Comer carne de vaca es una delicia para nosotros los carnívoros, y es buena porque contiene proteínas; preguntémosle a un hindú a ver qué opina. Y no se diga de la carne de serpiente que con deleite se consume en Singapur y otros países orientales. Esto refiriéndome a los alimentos, pero hay más.
A mi me encanta el dulce y es bueno para mí, me encantan las chocolatinas y los postres que si los consume un diabético se muere porque es malo para él. La sal que da sabor a las comidas es un veneno para los hipertensos y los picantes que también dan sabor ponen a sufrir a los que sufren de úlceras gástricas. Por todo lo anterior, es muy difícil generalizar y creer que tenemos la razón y que es bonito, bueno o arte lo que nos gusta y no lo que gusta a los demás. “entre gustos no hay disgustos” dice la sabiduría popular y debemos entrenarnos para la aceptación de los demás con eso que se llama TOLERANCIA porque, en definitiva, nadie tiene la verdad que, a propósito, es otro tema bien espinoso.
Edgar Tarazona Angel
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