LOS EBRIOS SIN TREGUA.
¡Cuán decepcionante es el hombre que gustó del vino equivocado! Toma y toma vino sin tregua, y se deshonra a sí mismo pidiendo dinero para comprar otro trago, vestido de harapos, hediondo de resaca; Alguna decepción lo llevó hasta este punto o quizás lo llevó una alegría tan grande que lo hizo celebrar y celebrar, y quedó corriendo en círculos en su celebración; Lo cierto es, que algo o más bien alguien lo condujo al abismo; ¿Qué fue? O más bien ¿Quién fue? ¿Sabes de quien te hablo? Si, hablo del borrachito común y natural que está a la vista de todos; Mas el mismo camino recorre el borrachito no común que no está a la vista de todos, sino que está a la vista de unos cuantos; ¿Sabes ahora de quienes hablo? Hablo de los que no son dados a la bebida común, sino que, son dados a la bebida no común; Su licor se llama dinero y ambición, Teología, religión o denominación, liderazgo, vanagloria, poder y autoritarismo; Ahora ¿Sabes de quienes te hablo?
La Palabra del Santo dice“¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su Fausto, y el que en él se regocijaba” (Isa. 5:11-14)Si se embriagaron ayer ¿Porqué han de continuar su borrachera hoy? ¿No hacen ellos como los tomadores consuetudinarios de las esquinas negras de la ciudad? Es natural que se hallan embriagado ayer, porque ayer apenas eran niños en la fe, desconocían quizás la verdadera voluntad del Señor, pero gustaron en ser niños, y renegaron ante la madurez, gustaron del alimento de niño, y continuaron consumiendo leche, y llegaron a ser adultos, mas su conocimiento se quedó en la infancia, ¡Cuan decepcionante y cuan despreciable son! ¿Has visto a los muchachos inmaduros que llegaron infantes hasta la edad adulta? Me refiero a aquellos a los que llamamos muchas veces “Hombres inmaduros”, respecto a estos adultos infantes Pablo nos dice “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido”(HB 5:12) Es natural ser un niño en la fe, sí, a como es natural ser un niño en la carne, de hecho, todo hombre debe quemar su etapa de niño con juegos, travesuras, malcriadeces, y otras cosas de niños; Así mismo, todo hombre en Cristo, en sus comienzos debe ser un niño, porque Cristo mismo tuvo que madurar en conocimiento y tuvo que pasar cierta etapa de su vida madurando su sabiduría, porque así se escribe “Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel” (Lucas 1:80) De manera tal, que todos los engendrados en el Espíritu somos infantes en el principio, y razonamos como infantes, y nos alimentamos como infantes en el Espíritu, por lo cual, es natural y no está mal ser un niño en Cristo, sin embargo, Así como en la carne esta etapa se quema y pasa a otra más madura, y luego a una más madura, y posteriormente a otra más, hasta llegar a la adultez y madurez completa en el hombre; Así mismo es en el Espíritu.
El crecimiento del hombre en Cristo, pues, es comparable en definitiva con el crecimiento del hombre natural en todos los aspectos; Entonces, hay quienes gustaron de la etapa de su infancia espiritual, y se niegan a salir de ella, porque en esta etapa hay muchas cosas permisibles, y todas son perdonadas, pues, el hombre aún pasa por inocente; Entonces el hombre en Cristo, sabiendo que si escala a la siguiente etapa de su vida espiritual las permisibilidades serán menos cada día, hasta que un día sean nulas, no quiere avanzar hacia el conocimiento maduro; Se ha quedado, pues, en la etapa de la infancia espiritual; Y Aquí, si se queda mucho tiempo, es peligroso; Mira bien lo que les pasa a los adolescentes cuando se niegan y reniegan de la obediencia a sus padres, cuando son rebeldes, son inducidos a malos y peligrosos caminos, son fáciles de engañar y de atraer al peligro.
Primero, el hombre espiritual que se decidió permanecer en su infancia espiritual, y se negó por su propia cuenta a su siguiente etapa, negándose a sí mismo el crecimiento espiritual, pierde poco a poco la gracia adquirida ¿Por qué? Dime tú, Si ves a tu hijo en su etapa de infancia jugando, eso te cae en gracia, y lo aplaudes; Así también, si te hace una malcriadez, dirás “Es un niño, quizás cuando madure supere sus malacrianzas”; Pero, cuando tu hijo llegó a su juventud o su adultez, pero sigue siendo inmaduro y además malcriado ¿Qué dirás? ¿Te caerá siempre en gracia su inmadurez y sus malcriadeces? ¿Verdad que poco a poco aquella inmadurez y aquella malcriadez fue perdiendo gracia? Pues así mismo ocurre con el hombre inmaduro en la fe, pues, cuando era niño espiritual, las cosas que juzgaba y decía les eran pasadas por alto, sus malcriadeces eran pasados por alto, pero, cuando ha llegado a la etapa de madurez, etapa en la cual Dios ya exige un poco más, entonces, ya sus actos no caen en gracia ante el Señor, pues el Señor ya no mira al niño, sino que Él ya mira al adulto, a Él no le importa si tú te niegas a pasar a tu siguiente fase y si te prefieres quedar como niño toda tu vida espiritual, Él ya te ha pasado a la siguiente etapa aunque tú te hallas negado a pasar; Es como los días, porque, a Dios no le interesa si para el hombre el día comienza a la media noche, pero para Él el día comienza al ocultarse el Sol, y comienza con la tarde; Él cuenta su día normal y naturalmente, sin importarle que el hombre lo cuente desde la media noche; Así también ocurre con el hombre en Cristo, Él lo pasa a su siguiente fase, sin importarle que aquel hombre se ha negado a cambiar de niño a adolescente, o de adolescente a adulto, no le importa a Él si el hombre quiere ser niño siempre, Él pasa al siguiente proceso, o dime tú, si tuvieses una granja de animales, ¿No procedes tú a separar a las crías de sus padres en el tiempo preciso independientemente que las crías se nieguen y lloren por seguir pegados a la teta de su madre? ¿Qué haces? ¿Te condueles y los dejas pegados a sus madres sin importarte que estos lleguen a su etapa adulta? ¿Los dejas y no te importa si al quedarse junto a su madre estos no podrán desparasitarse, ni desarrollarse a plenitud? Te aseguro que los separas, aunque luego tengas que soportar sus llantos y sus quejares, pues, sabes que un día se les pasará el llanto y no se acordarán ya de su madre, ni de la leche de su madre, porque tú le sustentarás con un alimento más sólido; Así es el hombre en la fe, él es una cría de su madre (La congregación, religión o denominación) pero llegará el día en que el Señor requerirá que aquella cría, habiendo pasado su etapa de infante pase a otra etapa, y lo separará de su madre, pero si él se negare a salir de los regazos de su madre, entonces, Dios le dejará que siga, mas en su control anotará que aquella cría ya ha quemado su infancia, y comenzará a contar sus infantilidades como pecado y ya no como gracia.
Segundo, el hombre espiritual, en su etapa de infancia normal consume pan y vino adulterado (Teología), y se embriaga de aquel vino, y Dios no lo ve mal, sino que lo ve normal, porque es un niño, el cual come lo que su madre le dé, y sabemos que muchas veces las madres son inexpertas, pues, ¿Quién estudia para ser madre? Pero cuando Dios en su registro ha pasado al hombre de infante a adolescente, o de adolescente a adulto, ya no le es permitido que se embriague de aquel vino adulterado, y si lo hace, ya aquello no la cae en mucha gracia al Señor; He aquí, pues, que viene la palabra y dice “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! ¿Notas algo? No está mal que te hallas embriagado ayer, sino que lo malo es que te sigas embriagando hoy, ¿Qué significa? Que ayer te fue permitido porque eras niño en Cristo, eras principiante, inexperto e ignorante en Cristo, pero a la mañana siguiente, es decir, después de algún tiempo, dejaste de ser niño, y Él te pasó a la etapa siguiente, y entonces, ya no te es permitido continuar tu embriaguez, por eso, claramente, Él reprocha el continuar con la embriaguez, y peor aún, que llegues hasta la noche tomando de aquel vino, esto es, que se apaguen tus días, llegues a la ancianidad espiritual y nunca dejaras de tomar de aquel mismo vino; Entonces, habrás acabado tus días espirituales tal y como los comenzaste, como niños, por ello ¿Crees que alcanzaste salvación? No lo creo.
Un momento fue la gracia de ser niño, y luego ese momento pasa, porque se escribe “cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” (1ra COR. 13:11) Así mismo, pues, cuando llegas a hombre, debes comportarte como tal, tienes otra responsabilidad, tus hijos nacen y te toca educarlos, igual en la fe, llegas a hombre, y te toca engendrar en el Espíritu, entonces, ¿Qué enseñarás a tus hijos en el Espíritu? Enseñarás infantilidad, serás un ebrio de su infancia, enseñando a tomar vino adulterado, ¿Qué aprenderán tus hijos de ti, si nunca conociste madurez? Aprenderán inmadurez, por eso, está bien, si ayer te embriagaste del vino erróneo, pero es inaceptable que lo continúes consumiendo toda tu vida en Cristo, pues, habrás nacido vacío, y habrás terminado vacío, ¿De qué, pues, te sirvieron tus días en el Espíritu? ¿No eran tus días en el Espíritu el tiempo necesario para alcanzar el conocimiento pleno de la verdad? ¿Los aprovechaste?
Entonces, si llegaste a hombre siendo aún niño por tu negativa al crecimiento en conocimiento, entonces ¿qué harás cuando engendres? A como dice su palabra “mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed” fuiste pues, llevado cautivo toda tu vida espiritual, porque ¿No sabes que cuando naces en el Espíritu naces cautivo por ser niño? Así como un niño natural cuando nace, nace cautivo, porque, ¿No está a caso cautivo en manos de sus padres? ¿No será su suerte según la calidad de padres que tenga? ¿No nace dependiendo de sus padres por completo? Así también es el niño en Cristo, nace cautivo, bajo el poder de sus padres espirituales (sus enseñadores) y de su madre espiritual (Una religión o denominación) pero, así como el niño natural debe llegar una etapa en que debe abandonar a sus padres, así también el niño en Cristo, llega a una etapa en que debe viajar fuera del regazo de sus padres espirituales, aquellos que lo adoptaron y refugiaron bajo su seno; Mas si renunciare el hombre a su adultez, y se quedare bajo las faldas de su madre por toda la vida ¿No habrá sido llevado cautivo toda su vida espiritual? Entonces perecerá de hambre, porque, toda su vida se alimentará de leche espiritual, mas esta leche, un día no le sustentará, porque llegará el día en que necesite alimento sólido, mas si sigue aferrado a su infancia espiritual, entonces morirá de hambre, y su multitud se secará de sed, ¿Quiénes son su multitud? Sus hijos espirituales, aquellos que confiaron en sus enseñanzas no sabiendo que quien les enseñaba nunca llegó al magisterio de la verdad, porque debiendo ser maestro, aún serás niño, necesitado de leche y no de alimento sólido.